Mejor o peor

Reveladores resultados en un estudio sobre calidad de vida en Argentina

La calidad de vida de los argentinos se ha deteriorado entre el año pasado y este. Ahora bien, hay diferencias entre quienes lo pasaron en una localidad pequeña y quienes lo viven en ciudades medianas o grandes. ¿Es más feliz la gente en las ciudades?

Victoria Chales
Victoria Chales martes, 28 de septiembre de 2021 · 07:40 hs
Reveladores resultados en un estudio sobre calidad de vida en Argentina

Cuando se habla de migración interna es frecuente la historia de alguien que parte de su pueblo hacia la Capital Federal o una ciudad más grande en búsqueda de oportunidades. Sin embargo cabe preguntarse si lo que se encuentra es una mejor calidad de vida en las urbes. La Fundación COLSECOR realizó dos años consecutivos la Medición de Calidad de Vida en Pueblos y Ciudades. Este relevamiento arrojó algunos datos sorprendentes sobre el bienestar en la vida cotidiana si se compara el 2020 con el 2021.

El estudio se propuso evaluar la satisfacción con el lugar donde se habita a través de un cuestionario digital de 73 preguntas a 1.567 personas, con aperturas por cuatro tamaños de localidad, sexo, edad y nivel educativo. Intervinieron en el diseño e implementación la socióloga Natalia Calcagno y el politólogo Mario Riorda.

El 54% manifestó que se iría a vivir a un pueblo del Interior.

Los cuatro ejes sobre los que se estructuró la medición fueron: bienestar personal, satisfacción con la vida en su localidad, el tercero abarcó temas variados como la migración, confianza social, el futuro, Estado y mercado, mientras que el cuarto indagó en la participación comunitaria. En No cantes Victoria dialogamos sobre los resultados más relevantes con el investigador Mario Riorda.

"Dividir en estratos a las localidades de Argentinas en pueblos cuando tienen menos de 10.000 habitantes, ciudades pequeñas que van de 10 mil a 35.000 habitantes, ciudades intermedias de 35 a 100 mil y por arriba las que se denominan grandes ciudades. El objetivo fue medir los niveles de satisfacción en cuanto a cómo reciben los servicios públicos, las expectativas de consumo en general, nivel de bienestar y de confianza pública".

En un sentido amplio entre julio 2020 y julio 2021 se observa que "hay un descenso de la calidad de vida". "Bajó de un 79% de quienes se sentían total o parcialmente satisfechos a un 67%. 

La calidad de vida descendió más de 10 puntos entre el 2020 y 2021.

En las ciudades se refleja más tristeza. "El nivel de tristeza en localidades pequeñas está en torno al 16% mientras que en las grandes ciudades llega prácticamente a un tercio. Esto impacta seriamente en la salud mental. Esto es importante porque el nivel de calidad de vida en las grandes urbes está asociado principalmente a una diversidad en especialidades médicas, una diversidad en la oferta cultural y comercial. Sin embargo cuando se contraponen con la insatisfacción laboral o con la conformidad con los ingresos, la vida en la ciudad se hace mucho más inconforme".

Este fenómeno se profundiza mucho más aún cuando se observa "la percepción de cómo funcionan los servicios públicos, cómo miran el medio ambiente, cómo te preocupa que el tránsito en la ciudad esté ocupado con manifestaciones regulares o el gran elemento a destacar que es la inseguridad". Por lo cual en los pueblos chicos la insatisfacción llega al 30% que es un valor muy alto, pero "en las grandes ciudades trepa a un 71%".

Las mujeres expresaron tristeza en un 31% mientras que los hombres el 19%.

Las mujeres manifiestan mayor tristeza y falta de optimismo que los hombres

Entre las desigualdades que "aunque esperables resultan impactantes" -destacó Riorda- es que "las mujeres tienen menos felicidad, menos optimismo, más tristeza, más preocupación, más stress, más intranquilidad comparando los resultados de 2020 y 2021". Esto aunque probablemente se sepa porque "hay datos objetivos de violencia de género, de las asimetrías y las desigualdades. Hay datos objetivos de lo que significa cierta inercia de la carga del machismo que posa en la mujer el cuidado dentro del hogar entre otras cosas.

Así se observa que el 52% de ellas manifiestan estrés (cifra que desciende al 43% en los hombres encuestados), el 31% de las mujeres expresa tristeza (19% de los hombres asegura sentirla), el 59% manifiesta preocupación (el porcentaje desciende al 47% en los hombres) y el 51% de las mujeres encuestadas siente intranquilidad (43% en los hombres).

El politólogo destacó la importancia de que exista un estudio a nivel nacional que dé cuenta de "esta brecha no es meramente discursiva sino que es la propia mujer quien te lo dice con una fuerza y una contundencia que el estudio de Fundación COLSECOR demuestra". 

De vuelta al pueblo

Uno de los datos que arroja el relevamiento diseñado por Riorda es que "el 54% manifestó que se iría de la ciudad a vivir a un pueblo del Interior". Esta potencialidad migratoria no se sabe cómo será porque el estudio arranca desde que la pandemia se hizo presente, pero se sospecha que "puede estar empezando a revertirse gran parte de una tendencia histórica que generalmente era de los pueblos hacia las grandes ciudades". Aún si no llegara a darse ese flujo inverso "existe la voluntad de hacerlo".

La pandemia puso de relevancia la posibilidad de trabajar de manera remota. Esta modalidad laboral permite que las personas no deban habitar en las cercanías de su empleo ya que realizan home office. En esa dirección mucho se habló del acceso a la conectividad y sus variaciones. Sin embargo sorprende que "midiendo la satisfacción en relación a la conectividad prácticamente es igual o equivalente en un pueblo que en una ciudad". A su vez la oferta digital también modificó esta percepción ya que una persona que vive en algún sitio alejado puede conseguir fácilmente que le lleguen muchas cosas que antes no.

¿Cambió la percepción sobre el Estado y el mercado?

"En el año 2020 medimos la relación en niveles de satisfacción frente al Estado y al mercado y los dos han descendido un punto en el 2021. Pero no es una escala del cero al cien sino que es del 0 al 10 por lo que técnicamente significa que el 10% de las personas dejaron de confiar en las dos instituciones. Más en el Estado porque tenía una valoración mayor, pero también en el mercado" explicó Riorda.

Según puede observarse en el informe de la fundación "la valoración del Estado y el Mercado baja de 7 puntos a 6 este año. Por otro lado, la solidaridad se manifiesta como máximo valor, a pesar de estar viviendo un contexto pandémico, el sentimiento de cooperativismo, solidaridad y bienestar colectivo se destaca por sobre la autonomía y las libertades personales".

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