La fantasía del jaguar

Chile es "un Estado rico con un pueblo pobre"

Después de la jornada histórica en la que el pueblo chileno aprobó la reforma constitucional, un referente del partido progresista chileno analiza cómo podrían cambiar las cosas a partir de ahora. El gobierno de Sebastián Piñera deberá cambiar y la oposición mostrar unidad.

Victoria Chales
Victoria Chales martes, 27 de octubre de 2020 · 11:08 hs
Chile es "un Estado rico con un pueblo pobre"

En el vecino país de Chile, se inició un proceso el pasado domingo que se augura largo y auspicioso. Después de que se aprobara en el plebiscito la reforma constitucional, el ánimo de festejos inundó las calles.

"Lo que pasó fue fantástico. Fue ver un pueblo que se encuentra con su destino". Así lo contó Marco Enríquez-Ominami, fundador del Partido Progresista chileno en conversación con After Office.

El voto era optativo. Sin embargo, la participación pasó el 50% de la población. "Un pueblo llano de gente muy pobre que reclama su derecho a construir su destino con más derechos sociales". Enríquez-Ominami señala que de hecho votó el pueblo más humilde."En las comunas más pobres se llegó incluso a un 90%". Además destaca además el lugar que los jóvenes tuvieron en este episodio inédito.

Será con ese nivel de legitimidad que se levante un mandato claro.  El referente del Partido Progresista vaticinó que hacia adelante serán tiempos de cambios porque así se indicó en la jornada electoral.

"El presidente Sebastián Piñera, presidente de la derecha que fue elegido democráticamente, pero que no gobierna democráticamente, se le exige un cambio en la política económica. Y a nosotros como oposición, la unidad. Se vienen tiempos intensos".

 

Aunque el plebiscito fue largamente esperado y traerá algo de alivio. Lo cierto, opina Enríquez-Ominami, es que lo difícil empezará ahora con la "economía chilena hiper complicada por la mala gestión de gobierno y por un contexto internacional complicado también".

Entre los cambios que Enríquez-Ominami prevé para dejar atrás realmente la constitución que legaron del gobierno de Augusto Pinochet, el principal es crear "un Estado que no esté subordinado al mercado". Por lo que el Estado no se ocupa de sus obligaciones porque se cree que el sector privado lo hará mejor. Luego, un cambio en el sistema político será necesario. Habrá que preguntarse dónde se ubica la soberanía si en las instituciones o en el pueblo. "Ese será también un desafío de tener una democracia menos presidencialista, más participativa, con más plebiscitos" señaló el ex candidato a presidente.

En tercer lugar, la constitución debe centrarse en una mayor carga de derechos. Pero entendiendo que si no se modifica el sistema político chileno, los derechos se vuelven un catálogo. De allí que sea muy significativo que la sociedad haya votado para que no haya parlamentarios en la convención constituyente en un 80%. "Eso es un elocuente rechazo a este sistema político y a esta institución que es el Congreso. Eso me parece de una importancia trascendente por la crisis de confianza en medio de este virus letal, mutante y asesino".

Durante mucho tiempo Chile se presentó como un modelo de desarrollo para los países de la región. Esa era la imagen que proyectaba hacia afuera. Esa imagen de crecimiento económico se quebró hacia el mundo cuando desde hace un año se empezó a ver la profunda crisis social de desigualdad que había tomado las calles para denunciar otro Chile. En opinión de Enríquez-Ominami, como político de una extensa trayectoria, es que el Estado redujo sus responsabilidades al mínimo.

"El verdadero Chile es una economía abierta, agresiva, con 50 tratados de libre comercio. Chile redujo el tamaño del Estado a su mínimo: privatizó su aparato productivo, traspasó a la tarjeta de crédito los derechos sociales, fue disciplinado en lo fiscal y tiene ya un Estado rico con un pueblo pobre. Esto fue lo que desató la crisis".

 

El Banco Central catalogó a Chile como el "jaguar" y esto fue una fantasía. Ominami señala que lo que nunca se dijo fue el altísimo nivel de endeudamiento en el que se había caído. De hecho, el último informe de esa entidad bancaria muestra que el 100% de los hogares chilenos debe el 75% de lo que les ingresa. 

Marco Enríquez-Ominami fundó hace 10 años el Partido Progresista. Es actualmente el coordinador del Grupo de Puebla. Además es cineasta y está en este momento por lanzar dos nuevos documentales. Aunque el proceso que se inaugura en Chile sea auspicioso para generar numerosos y profundos cambios, Enríquez-Ominami dice que "no tiene ninguna aspiración y que está muy cómodo. Su papel, como autoconvocado, será en todo caso "colaborar en el orden de las filas de la oposición le parece un desafío más que suficiente por el momento". Además considera que no se agota en su país ya que si bien "su combate es Chile, su pasión es América Latina".

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