Salud y bienestar

Cómo estimular a tus hijos con una práctica que los desinhibe

La danza es el idioma universal que desde pequeños hablamos, aunque sea sin técnica, todos nos expresamos porque es innato al ser humano. Te contamos por qué es tan importante cultivarla en los más chicos y conservarla para el resto de sus vidas.

Candela Orrego miércoles, 22 de junio de 2022 · 09:03 hs
Cómo estimular a tus hijos con una práctica que los desinhibe
Bailar deshinibe y forma niños con personalidades más fuertes. Foto: Sol Naciente

La danza es algo natural para las personas. Es una forma básica de expresión cultural y, particularmente en los niños, es un método natural para el aprendizaje. Esta práctica trae beneficios para los más pequeños porque los ayuda a aprender a controlar su cuerpo, en la coordinación, equilibrio y sobre todo, a gastar la energía que les quedó después del colegio. 

Para los niños, la danza no solo representa un rato de recreación sino que va mucho más allá, es su momento de expresión individual y de "soltarse". A través del baile, los chicos se mueven y experimentan un sentimiento de realización que no encuentran en otra actividad porque no buscan alcanzar algo, con moverse al ritmo de la música alcanza. La danza no pretende alcanzar una meta sino más bien le sirve al chico para que aprenda.

La motivación de la danza no solo lo ayuda a comenzar a descubrirse a si mi mismo, también a formar parte de una identidad grupal con sus compañeros.

Por medio del baile, los niños descubren su cuerpo, descubren el espacio que los rodea y aprenden a controlar sus movimientos. Pero lo más importante es que en la danza infantil no existe lo erróneo, no existen los pasos correctos; al comienzo solo se cultiva la sensibilidad del niño, de a poco, este va descubriendo su identidad. 

Cualquier tipo de práctica de danza beneficia a los niños

"La danza tiene múltiples beneficios tanto a nivel físico como mental y emocional. Al practicar danza se mejora el equilibrio, la coordinación, la motricidad fina y gruesa. Ayuda a los niños a controlar su cuerpo, mejorar la flexibilidad, la elongación. Al bailar utilizamos todo el cuerpo, por lo que se desarrolla la fuerza física y la resistencia. Se trabaja la correcta postura corporal, el desarrollo muscular y de la columna vertebral. Además de los beneficios para el corazón y la salud en general", explica Adriana Cabrera, Profesora Superior de Danzas españolas y Diplomada en Enseñanza de la Danza en la Universidad Maza.

El Departamento de Psicología de la Universidad de York en Reino Unido, tras una serie de investigaciones, afirmó que los humanos nacemos con una capacidad innata de responder a la música a través de movimientos rítmicos, lo que confirma los beneficios que los profesores postulan hace más de un siglo. 

Adriana Cabrera es profesora de danzas españolas y flamenco.

"Ayuda a la socialización de los niños, a fortalecer su autoestima, la concentración. Un niño que practica danza desarrolla habilidades físicas y mentales que lo ayuda a perfeccionarse en las demás áreas de su vida, a enfrentarse de una manera más positiva y creativa a los problemas que pudiera tener; en fin a ser más feliz", cuenta Adriana Cabrera, quien además se especializó en el Centro de Arte Flamenco y Danza Española Amor de Dios, en Madrid, España. 

La motivación de la danza no solo lo ayuda a comenzar a descubrirse a si mi mismo, también a formar parte de una identidad grupal con sus compañeros. El baile fomenta la confianza en sí mismos, el autoestima y la interacción con otros niños. "Es maravilloso ver la alegría de los alumnos en cada clase de baile, la energía positiva que se genera. El amor que me transmiten. Ver los logros que van alcanzando, la confianza en sí mismos que van adquiriendo", comenta la profesora, que desarrolla en su academia, Sol Naciente, su faceta artística, la cual combina con su profesión de contadora.

Entonces, ¿a dónde llevamos a nuestros hijos?

Adriana Cabrera, quien lleva décadas en el rubro, afirma que es vital que los profesores de danza no solo se capaciten en lo técnico sino también en lo pedagógico. "Educar no es solo transmitir saberes, sino incentivar a los niños a descubrir esos saberes, motivarlos a que busquen la permanente evolución en su vida", afirmó. 

Según la profesora, el docente debe facilitar el uso de la imaginación de los niños, propiciar el desarrollo de su autonomía y ejercitar la capacidad creadora para resolver problemas. Por ello, es que el profesor debe estar atento a las necesidades de sus alumnos, capacitarse y buscar nuevas herramientas. 

"Es un gran placer fomentar el arte al servicio de la comunidad, a través de la integración y el trabajo en equipo, ayudando al ser humano a comunicarse, transmitir valores, recrearse y sensibilizarse. Poder aportar un granito de arena para que un niño, joven o adulto sea más feliz es una de las cosas mas maravillosas que Dios me pudo regalar; ver alegres a mis alumnos, poder llegar con la danza a su corazón, ayudar a que el alma se exprese en un simple movimiento, ver el orgullo que sus familias sienten al verlos brillar en un escenario, ver como cada día son mejores bailarines y personas es lo que me motiva a seguir creciendo en esta profesión, a entregarme por completo y formarme para cada día ser mejor profesora para ellos", concluyó Cabrera. 

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