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Una nueva manera de consumir moda: slow fashion

En el 2007, Kate Fletcher introdujo el término inspirado en el movimiento del slow food; es la respuesta a un fenómeno que, para esa fecha, estaba exacerbando a su máxima expresión con el éxito creciente de cadenas masivas de tendencias inmediatas como H&M y Zara, entre otros.

Muriel Del Barco jueves, 20 de febrero de 2020 · 06:00 hs
Una nueva manera de consumir moda: slow fashion
La moda slow Foto: Gentileza

Es moda ética, responsable con el medio ambiente, con las personas que intervienen en cada paso de la producción. Evita la apropiación cultural y las tendencias inmediatas. Son productos de calidad que durarán en el tiempo. En Argentina hay mujeres que diseñan y trabajan sobre esta tendencia, por eso, charlamos con: Jessica Pulo (Creadora de Biótico), Valentina Mander (diseñadora de joyas) y con Gabriela Casal De Rey. Todas hacedoras de la moda slow. 

¿Es un movimiento que llegó para quedarse?

Jessica Pullo: Es una manera de producir que se remonta a los orígenes del ser humano, donde lejos de la obsolecencia programada de la ropa (las tendencias), se valora el trabajo y la materia prima. Es el camino que se está transitando en todo el mundo, donde cada vez se ve más clara la urgencia que tenemos como sociedad de seguir fomentando el consumo responsable por el bien del futuro común.
La Argentina está generando cada vez más opciones de moda lenta; en toda la región vemos cómo surgen nuevas posibilidades más sostenibles. En mi opinión, los diseñadores necesitamos que las personas nos acompañen para que juntos podamos reescribir la historia de la moda.

¿Cómo está la situación en Argentina?

Valentina Mander: Es impresionante lo que está ocurriendo en Argentina; si bien lastimosamente las cadenas grandes de centros comerciales siguen ajenas a este concepto, los diseñadores independientes lo tienen arraigado en cada decisión que toman de producción.

El consumidor latinoamericano aún está tratando de incorporarlo y no lo tienen como exigencia a diferencia de otras latitudes, pero si es un tema que escuchamos cada día más en medios y esto ayuda a difundir qué es, para que estén concientes al momento de elegir qué consumir.

De hecho, en América Latina se ve cómo el movimiento se une a la identidad local y, en muchos casos, con ejemplos exitosos de economía circular.

Argentina un poco más tímida que países como Colombia, Brasil o inclusive Guatemala, que todo lo que es lujo es sostenible.

¿Creés que las marcas empezarán a apostar por esta política?

Gabriela Casal De Rey: Sí. La evidente crisis obliga a los gigantes en la industria textil a repensar el Marketing incorporando la modalidad del custom made o made to order, con el objetivo de fidelizar aún más a sus clientes generando vínculos más estrechos. El motivo es que ha ido aumentando el número de personas quienes se cansaron de comprar lo que está de moda o es de consumo masivo y desechable, reemplazándolo por prendas de mayor calidad, priorizando el confort, la funcionalidad, la atemporalidad y la exclusividad. En tal sentido se ha producido un cambio en la estética y ética de estos consumidores que promueven esta tendencia reemplazando cantidad por calidad.

¿De qué manera se puede saber efectivamente que las firmas estén cumpliendo con los lineamientos?

Valentina Mander: Investigando. Si bien hay certificaciones, está bueno conocer qué usamos y cómo se hace, si está hecho a mano, quién lo hace, bajo qué condiciones están estos trabajadores, los procesos, cuaánto es el impacto de contaminación, si hablamos de comercio justo, etc.

Hay marcas con sus costos abiertos, otras que muestran su proceso, algunas que puedes visitar la fábrica o taller.

Siempre recomiendo comprar directo a diseñadores independientes que tengan un producto de calidad, que no están basados en una moda momentánea y que tengan un ADN que el usuario a quien lo recomiende se sienta identificado.

Cada quien tiene una estética diferente y en Argentina hay muchas opciones, casi todas a puerta cerrada en showrooms, algunas inesperadas con una calidad altísima.

¿Cómo está tomando el mundo la nueva era del Slow fashion?

"Tanto los millennials como la generación Z están cada día más atentos a qué compran y de dénde proviene. Para consumir, quieren saber cómo se fabricó y por quién", contó Valentina.

"Consumen menos y de más calidad, están replanteando la manera de comprar y para poder estar en el mercado internacional, es indispensable considerar esto; por esto todas las marcas, inclusive las de fast fashion o de jeans (producto que contamina a más no poder), están desarrollando líneas de slow fashion, conceptos opuestos a su ADN pero eso muestra cómo el consumidor exige cada día más", agregó. 

Mientras que Jessica Pullo dijo: "Desde las grandes pasarelas cada vez hay más propuestas de moda lenta, tanto diseñadores como charlas; en el caso de las marcas de fast fashion, no estoy viendo que el cambio sea radical ni comprometido, tienen que entender que la transformación es urgente, no podemos seguir comprando prendas hechas bajo condiciones de explotación laboral ni a costa de contaminar el ambiente, en especial el agua potable del Planeta". 

"Desconozco qué sucede a nivel mundial con respecto al Slow fashion, pero puedo hablar de un cambio en cuanto al consumo de prendas y decir que casi todos, en mayor o menor grado, valoramos la comodidad, el diseño funcional, la calidad de los materiales y la buena confección. También nos gusta ser atendidos de manera personalizada, como antiguamente que se confeccionaban las prendas por encargo y a medida. Con la industrialización y la fabricación seriada esto tendió a desaparecer. Hoy día mis clientes plantean una serie de cuestionamientos nuevos muy en boga eligiendo comprar de manera responsable productos nobles, sostenibles y prendas de comercio justo, conscientes de los beneficios de los mismos. Tengo la suerte de contar con un taller propio que me da la posibilidad de poder atender esta demanda creciente, mimando a mis clientes, confeccionándoles piezas únicas, exclusivas, a gusto y a medida, además de la confección de diseños en talles estandarizados que diseñamos en función de las colecciones cápsula. Esto, actualmente, es una ventaja muy grande porque como emprendedora de una marca emergente, ayuda a posicionarme con un producto de gran valor agregado y con un conocimiento profundo de mis clientes", concluyó Gabriela Casal De Rey. 

 

 

 

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