La tarta de queso vasca fue elegida "el sabor del año" y te pasamos la receta

Perfecta para ofrecer a los invitados un sabor ultra sofisticado e irresistible, su preparación tiene un plus: es sencilla de preparar y su sabor es realmente único. Hoy te traemos la receta más fácil de la tarta de queso vasca, una preparación distinguida que sabemos que vas a adorar.

¿Los motivos? Su inimitable suavidad y cremosidad que responde a una receta vasca, Tanto es así que enamoró a los expertos de la sección gorument de la prestigiosa publicación, que la nominaron como “la mejor del mundo“. Según detallaron los críticos gastronómicos de la sección del New York Times, esta exquisitez se prepara en el restaurante La Viña de San Sebastián, comandado por el chef Santiago Rivera.

El portal neoyorquino no es la única publicación que destaca esta tarta de queso. Hace poco, La Vanguardia de España también destacó este plato como el sabor del año y comunicó a sus lectores que era una receta posible de crear en casa.

Además, tiene la gran ventaja de que es fácil de lograr con algunos secretos y cuestiones a tener en cuenta. Para que la puedas hacer en casa y sorprendas a todos, vamos a la receta.

Receta fácil de origen vasco: tarta de queso con pocos ingredientes

La tarta de queso vasca es dulce, pero no faltan los comensales que deciden jugar y reinventarla con toppings encima o algún condimento salado. Veamos cuál es la receta original: 

Ingredientes: 

• 4 huevos
• 200 gr de azúcar
• 250 ml de crema de leche
• 1/2 kilo de queso filadelfia o similar
• 1 cucharada colmada de harina 

Preparación: 

Para iniciar, mezclar en un bol el queso con los huevos. Se puede hacer con un batidor de varilla eléctrica o un tenedor. Se le agrega el azúcar y se vuelve a mezclar bien. De hecho, es el único secreto real de la receta, y cuanto más manual se realice la incorporación de cada ingrediente, más “textura“ se conseguirá.

Si se quiere lograr una tarta de queso más “pareja“, conviene hacerlo mediante batidor eléctrico. Luego, se agrega la cucharada de harina y se mezcla con batidor de mano hasta que no quede ningún grumo.

Por último, se añade la crema de leche, mezclando bien nuevamente. En un molde redondo forrado con papel manteca mojado, para poder lograr que tome mejor la forma, se vierte la mezcla.

Con el horno precalentado a 210 grados aproximadamente, que emane calor arriba y abajo, lo dejamos cocinar entre 30 y 35 minutos. Es muy importante esperar a que se enfríe para desmoldar, con el fin de que termine de cuajar. Esto demorará unas 4 horas a temperatura ambiente. Servir sin ornamentos, pues el sabor amerita ser el protagonista absoluto.

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