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El restó eco-friendly de la quinta

Cocina veggie, huerta urbana, insumos de pequeños productores y servilletas reutilizables son algunas de las cosas que vas a encontrar en Caléndula. Además, riquísima comida.

sábado, 22 de junio de 2019 · 01:34 hs

En la esquina de Martín Zapata y Granaderos, a unas pocas cuadras de los Portones del Parque y de la emblemática Arístides, se encuentra Caléndula en una casona antigua. Este café - restaurante es uno de esos lugares que vale la pena conocer desde adentro, porque hay muchas cosas que no se ven a simple vista, pero que suman muchísimo. Sobre todo para los que apoyamos los emprendimientos que promueven el desarrollo económico, social y ambiental.

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Soy cliente del lugar desde que abrió a fines de 2018. Voy bastante seguido. Si bien pasaron diferentes cocineros, siempre me gustó su propuesta, y siempre lo pasé bien. La relación precio – calidad es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta cosas que la mayoría de la gente no nota lamentablemente (pero debería empezar): la calidad del producto (y de dónde viene) y la cocina artesanal (y quién está detrás).

Además de ofrecer comida sabrosa y saludable (y dije saludable, no “diet” o “bajas calorías”), su propietaria, Lucía Pannocchia está empeñada en cuidar el medio ambiente y colaborar con su entorno. En la cocina utilizan ingredientes de pequeños productores, muchos de los cuales ha conocido en otros de sus ámbitos laborales (IDR y cárcel de mujeres). Se preocupan por el tratamiento de residuos, la producción de compost, y por el reciclado (por eso hay una canasta colectora de botellas plásticas en la vereda), Tienen en desarrollo una huerta urbana educativa, en la que participarán quienes les interese aprender a trabajarla. También hay otros componentes que hacen al espíritu colaborativo y solidario de este proyecto: funciona como espacio de arte, se llevan a cabo clases de alimentación consciente, y a veces hay música en vivo.

Por ahora hay solo mesas en el salón, pero en la época de calor se colocan algunas afuera, en la vereda. En la zona suele haber estacionamiento disponible, salvo en algunos horarios que se pone difícil.

El salón es simple y cálido a la vez, el mobiliario ecléctico, con algunos mesones antiguos para compartir. Uno de mis lugares favoritos es la barra que da al gran ventanal de calle Granaderos, que pocas veces encuentro desocupada. Parece que hay varios que ya se avivaron. Se mezclan lámparas estilo industrial con algunas dicroicas dirigidas a los cuadros que se lucen en la paredes. Para mi gusto le falta un poco de luz, pero sospecho que al igual que la moderada calefacción o aire acondicionado en verano responden a principios ecológicos.

La carta, en números

Tres sándwiches, cuatro snacks, seis entradas, seis principales, dos ensaladas y cinco postres. Así de simple y fácil. Me encanta. Además de eso, diez opciones son veganas, y dieciséis sin gluten (incluyendo algunas de pastelería). Una fiesta para los celíacos. Los snacks y entradas van de $160 a $240, los principales llegan a $315, y los postres a $170 para compartir.

La carta, en platos

¿Quién podría decir que “viajar”, “amar” o “vivir” son platos súper tentadores? Pues así es. Los platos invitan al disfrute desde el nombre. Sopa, souflé, empanadas, tartas, pasta, pizza, wraps, y hasta una hamburguesa de garbanzos. Todo sin carnes de ningún tipo. Algunos con lácteos y huevo.

Las bebidas

Jugos naturales, cafetería, tés, vinos en su mayoría orgánicos o biodinámicos, cerveza, y GASEOSAS…. ahhh nooo. Perdón. Gaseosas no. Y aplaudo.

Qué pedimos

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Para esperar, unas tostaditas con un “escabeche” de zucchini. Intenso, delicioso.

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Una entrada para compartir: un souflé de arvejas envuelto en láminas de zucchini, con algunas hojitas verdes en un aderezo de limón y alcaparras.

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El plato del día incluido en el menú ejecutivo fue una lasagna de vegetales, con alcauciles, salsa de tomates, queso… una exquisitez, con un leve sabor ahumado. Y muy muy muy abundante, que solo se podría terminar como si nada un adolescente de 17 años y casi 1,8 m de estatura (mi hijo).

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Otro principal: un risotto de espinaca, chauchas y brócoli. Impecable. Una porción extremadamente grande creo yo.

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De postre arroz con leche, presentado en una canastita de masa.

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Y una degustación de quesos y dulces: azul, gruyere y queso de cabra, con membrillo, higos y batatitas en almíbar.

Pulgar para arriba

. Platos ricos y abundantes

. Productos de estación en sus elaboraciones

. Al estar aislada la cocina no salís con olor a comida

. Baño amplio y siempre impecable

. Servicio muy amable que está informado y explica los platos correctamente

. Música agradable, tranquila y a bajo volumen.

. Carta prolija, simple y con buen diseño

. Muy buena relación precio calidad

. La vajilla en la que venía la lasagna y el risotto estaba precalentada, lo que permite en un día invernal terminar el almuerzo con la comida tibia. Algo tan obvio pero poco practicado en algunas cocinas.

Pulgar para abajo

. A veces, dependiendo del horario y el lugar que te toque, quedás ubicado muy cerquita de otros comensales.

. El jugo de naranjas y zanahoria, el jengibre era demasiado intenso. Pedí que me lo alivianaran con más jugo de naranjas, y voilà! Ahí nomás me lo arreglaron.

. A veces el personal está distraído.

Dos deseos

Que abran más temprano. Hay muy pocos lugares en la 5ª sección a los que se puede ir a desayunar a las 8 AM.

Que los canteros de la vereda poco a poco se conviertan en espacios verdes.

Una recomendación

El combo de desayuno o mediatarde “Caléndula” es lo más. Es como para tirar todo el día, hiper energético. Tiene té o café, jugo, tostadas con dulce y manteca, y yogurt con granola. El que es para compartir tiene un wafle. El “Energía” también está bárbaro, es con tostadas con palta y huevo revuelto.

Conclusión

Sabroso, sano, precios razonables, buena atención. Si querés comer suculento, podés. Si querés cuidar la línea, también podés. Pero siempre comiendo rico.

. Dirección: Martín Zapata 509 Mendoza

. Teléfono: 261 262 9346

. Días y horarios de atención: lunes y martes de 9 a 19 hs. Miércoles a sábado de 9 a 23 hs.

. Forma de pago: efectivo y tarjetas

. Comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

. Opciones para celíacos

. Menú ejecutivo: $280 lunes a viernes mediodía.

. Ambiente climatizado

. Facilidades para personas con discapacidad: baño

. Kid friendly: menú infantil ($130)* y sillas altas para niños

. Wine friendly: vino por copa ($70* Solandes), descorche ($150)*

. Work friendly: wifi y tomacorrientes ara cargadores

. Chef: Juan Pablo Lorca

. Total consumido: $1.140* entre 2 personas.

* Precios junio 2019

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Los restaurantes, bares y demás negocios gastronómicos no pagan por aparecer en la sección “Recomendados” de Food Lovers. Esta crítica gastronómica fue realizada por la periodista Alicia Sisteró, editora de Food Lovers, quien pagó la cuenta por la consumición.

Por Alicia Sisteró

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