Recomendado
Bistró cool con aire vintage
Cenamos en Modesto Godoy, un espacio cálido, amable y con aroma a café, del bueno.
Sobre calle San Martín, en Godoy Cruz, se encuentra este restaurante, en una casa antigua tipo “chorizo” muy bien ambientada. Muebles antiguos, arañas, muros avejentados, luz baja, techos altísimos, y una mampara con vidrios de colores.
La Carta
Equilibrada, divertida, tentadora.
Hay promociones de desayunos y meriendas, y algunos platillos para toda hora como huevos, tostadas y yogurt con granola. Está de moda, y va con la tendencia de los que quieren cuidar las calorías, pero también comer rico y saludable. Y para los que no se quieren cuidar, o se quieren dar un gustito, hay varios productos de pastelería como tortas, budines, cookies y alfajores. Hay sándwiches: un lomito en ciabatta, una hamburguesa, y uno de bondiola braseada. En las entradas ofrecen desde empanadas hasta mollejas con ajo negro, pasando por unos langostinos y hasta una sopa con huevo mollet. Para los principales, el infaltable ojo de bife, milanesa, pastas y ensaladas. Me sorprendió ver un cordero a baja temperatura con batatas a la miel… qué tul?!. Para la próxima.
Las bebidas
Hay carta de vinos. Escueta, pero con lo justo y necesario, presentada de manera amena, recomiendo que la miren detenidamente. El fuerte es el café. De muchos tipos, cuidado, servido por baristas. También hay té en hebras, jugos, limonada, cerveza.
La mesa
Bien puesta, prolija, con manteles de papel, y vajilla de gres.
Qué comimos y bebimos
Mientras esperábamos, nos trajeron una pequeña y riquísima hogaza de pan, con una lactonesa de morrones. Fatto in casa, sin dudas.
Como entradas, una degustación de quesos con chutney de tomates (bastante dulce, para mi gusto le faltaba un poquito de picante y acidez), y un tomaticán con un huevo poché y unos mini croutones un poquito picantes, delicioso. ($230 y $140 respectivamente).
Para la degustación de quesos no tenían queso brie, nos ofrecieron reemplazarlo con azul, pero nosotros pedimos un queso duro. Y nos dieron el gusto. Sumaron poroto.
El principal fue una trucha en manteca levemente tostada o noisette ($340), acompañada por un puré de zanahorias y jengibre, con una muy fina textura. Y el postre, tremendo. Lo compartimos. Porque a esas alturas ya no podíamos comer mucho más. Un parfait de yogurt de albahaca, con sopa de naranja, pimienta y caramelo. ($220). Aplausos para el pastelero.
El servicio
¡Despierto! Y muy amable.
Pulgar para arriba
. La ambientación
. La variedad de platos en la carta, los toques creativos y la elaboración de calidad, que evidencian un buen chef atrás (se llama Javier Bustamante y parece que cocina bárbaro).
. Los sabores bien logrados
. Nos hicieron 15% de descuento por ser “martes de mujeres”, aún sin que nosotras lo supiéramos o lo reclamáramos.
. Música suave y agradable (se nota que hay un músico cuidando los detalles, el propietario es el saxofonista Franco Fusari)
. Muy buena relación precio calidad
. Varias salas que seguramente se pueden convertir en privadas.
. Murales bellos, y en algunos casos educativos temáticos del café.
. Personal de servicio con uniforme canchero y prolijo
. El branding es impecable. El aire de misterio de la historia atrás de la marca le suma a la experiencia.
. Casi siempre está abierto, tiene un gran rango horario.
. La degustación de quesos con chutney estuvo estupenda, con el queso tostado que parecía hecho a la plancha. La ración muy grande para una entrada, pero nosotras felices.
.
Pulgar para abajo
. La lechuga como decoración en platos calientes. No, no y no.
. Galleta sin TAAC de apariencia similar al telgopor. Con el buen nivel de cocina que tienen, esperábamos un pan o tostada libre de gluten de mejor calidad. Es probable que no lo puedan elaborar ahí mismo por la contaminación en la cocina con harinas, pero podrían comprarlo ya elaborado y envasado.
. Poco estacionamiento en la zona. Lamentablemente se enangostó la Av. San Martín y el lugar es muy limitado para dejar el auto.
. Las guarniciones de la trucha (la cebolla y la crema de zanahorias) salieron un poco frías. El plato estaba frío.
Un deseo
Que les vaya muy bien, que los comensales lo valoren y se llene de clientes a toda hora. Realmente hacen falta más lugares así en Mendoza.
Conclusión
Volveré, y volveré. Porque me encantó. Comimos riquísimo, nos atendieron de maravillas, y se nota que atrás hay gente preocupada porque las cosas salgan bien. Y también volveré, porque no probé el café, y se especializan en eso… ¡Mala mía!
. Dirección: Av San Martín 1640 - Godoy Cruz
. Teléfono: 261 386 6367
. Días y horarios: todos los días, entre semana de 8 a 0:30 AM, los fines de semana y feriados de 9 a 1 AM
. Forma de pago: efectivo y tarjetas
. Comidas: desayunos, almuerzos, meriendas y cenas.
. Menú ejecutivo: principal, postre, bebida sin alcohol y café por $350. Otro que agrega entrada y copa de vino en $520. Las opciones ya están estipuladas, se elige de una lista.
. Espacios: muchos. Varios salones pequeños, uno con barra de bar, otro grande, y mesas al aire libre en la vereda.
. Climatización: Aire acondicionado y calefacción.
. Kid friendly: si bien no tienen menú infantil, sí cuentan con sillas altas para niños y lápices de colores para entretenimiento.
. Wine friendly: ofrecen vino por copa, Malbec y Chardonnay de Las Perdices en bag in box ($90). También tienen servicio de descorche en $250 (como se acostumbra el valor del vino más económico de la carta).
. Personas con discapacidad: rampa y baños
. Alimentación especial: opciones para vegetarianos y celíacos.
. Wifi
. Total consumido: $1.180 por 2 copas de vino, un agua, tres platos y un postre. Descuento por “martes de mujeres” del 15%. Total final $1.003 (precios junio 2019)
Los restaurantes, bares y demás negocios gastronómicos no pagan por aparecer en la sección “Recomendados” de Food Lovers. Esta crítica gastronómica fue realizada por la periodista Alicia Sisteró, editora de Food Lovers, quien pagó la cuenta por la consumición.
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