Cuando recibimos en casa, siempre es un lindo gesto esperar a los invitados con una mesa pensada elegantemente. Te contamos qué detalles no deberíamos descuidar.
Cuando recibimos en casa, siempre es un lindo gesto esperar a los invitados con una mesa pensada elegantemente. Te contamos qué detalles no deberíamos descuidar.
Se tratan de normas básicas y protocolares que ayudan a que el momento de la comida se desenvuelva con naturalidad:
Decoración: Si es de noche, pueden incluirse candelabros con velas sin olor. El centro de mesa se arma con flores frescas o secas, o un centro de frutas. Una ambientación agradable incluye a la música de fondo, que no debe entorpecer el diálogo, y a la iluminación, que tampoco debe molestar a los comensales.
Cubiertos: el tenedor va a la izquierda, y la cuchara y el cuchillo a la derecha del plato. Se colocan de la siguiente manera: los primeros que serán utilizados irán en la parte exterior. Los siguientes, más cerca del plato.
Mantel: es preferible elegir colores claros. Por supuesto, limpio y sin arrugas. Debajo siempre se recomienda colocar un protector para suavizar los ruidos, además de proteger la madera.
Vajilla: lo imprescindible es que haya piezas para toda la gente que se sentará a la mesa.
Platito para pan: va a la izquierda de las copas, encima de los cubiertos del lado izquierdo.
Copas: Dos por persona, para vino y para agua (más grande que la de vino). Deben ser el mismo modelo, todas iguales. Se colocan frente al plato.
Al momento de servir: La comida se sirve por la izquierda y los platos se retiran por la derecha. La botella no se apoya en la copa. Además, la copa no se despega de la mesa.