Qué piensan realmente los gatos de sus dueños: esto dice la ciencia
Estudios en comportamiento animal revelan cómo interpretan los gatos a los humanos y qué significa su forma de relacionarse.

Descubrí en esta nota qué piensa tu gato de vos.
CanvaA diferencia de otros animales domésticos, los gatos han desarrollado una manera particular de vincularse con los humanos, con quienes comparten el hogar desde hace siglos. La ciencia ha comenzado a desentrañar cómo perciben estos felinos a las personas y por qué actúan como lo hacen.
El investigador británico John Bradshaw, especializado en comportamiento felino, ha dedicado años al estudio de esta relación y sus hallazgos ofrecen una visión fascinante: los gatos no ven a sus dueños como figuras de autoridad, sino como pares.
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Gato y humano, de igual a igual
Según distintos estudios, los gatos no ajustan su conducta social cuando interactúan con personas. Al contrario, mantienen patrones similares a los que tendrían con otros gatos, lo que sugiere que nos integran en su estructura social como uno más de su entorno. Esta actitud ha llevado a algunos expertos a bromear con que los gatos podrían vernos como “gatos grandes y torpes”, aunque en realidad no nos consideran inferiores.
Una de las formas más evidentes de esta relación es el uso del maullido, una vocalización que los gatos no suelen utilizar entre ellos en la vida adulta, pero que han adaptado especialmente para comunicarse con los humanos. Es un comportamiento aprendido: los felinos descubren que maullar les permite obtener atención o comida, por lo que modifican su conducta según las respuestas que reciben de sus dueños.
El "amasado" del gato, un gesto de bienestar
Otra muestra de apego es el amasado con las patas, un movimiento que los gatos realizan desde cachorros al amamantar. Que un gato adulto repita este gesto es una señal de que se siente cómodo, relajado y seguro, como lo hacía en su etapa de cría.
Aunque los gatos suelen ser más independientes que los perros, eso no implica que no sean afectuosos o sociables. Su forma de relacionarse es simplemente distinta. La introducción de un nuevo gato en el hogar, por ejemplo, puede generar tensiones si no se realiza de forma gradual. Los especialistas recomiendan una adaptación lenta, respetando los tiempos y espacios de cada felino.