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El pueblo de Perú que roba suspiros a quienes lo visitan

Huancaya fue elegido como uno de los más lindos del mundo por ONU Turismo, gracias a su paisaje de lagunas turquesa, ruinas incas y turismo comunitario con identidad.

Huancaya fue destacado por ONU Turismo por su belleza natural y su compromiso con el desarrollo turístico sostenible en territorio andino.  

Huancaya fue destacado por ONU Turismo por su belleza natural y su compromiso con el desarrollo turístico sostenible en territorio andino.

 

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Perú esconde muchos tesoros, pero pocos tan sorprendentes como Huancaya, un pueblo ubicado en la provincia de Yauyos, en el departamento de Lima, que combina paisajes de ensueño con una identidad cultural profundamente arraigada. En 2024, su propuesta turística responsable y la belleza de sus escenarios lo hicieron merecedor del reconocimiento como uno de los pueblos más lindos del mundo, otorgado por ONU Turismo dentro del programa Best Tourism Villages.

Huancaya es el corazón de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, un entorno natural único en los Andes centrales. Cascadas, lagunas turquesa, valles verdes y restos arqueológicos conforman un territorio que cautiva tanto a viajeros aventureros como a quienes buscan una conexión auténtica con la cultura local. Y en ese equilibrio entre naturaleza, historia y comunidad, Huancaya se volvió inolvidable.

Lagunas, mitos y turismo con alma comunitaria

El paisaje de Huancaya parece sacado de una postal. Entre los imperdibles se encuentran la Laguna Huallhua, con sus aguas calmas de color esmeralda, y el mirador de Cabracancha, desde donde se aprecia la majestuosidad del valle y su biodiversidad. En la zona abundan las especies nativas, plantas endémicas y hasta jaulas flotantes dedicadas a la acuicultura artesanal.

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Entre lagunas turquesa, mitos ancestrales y cultura viva, este pueblo de Perú invita a conectar con la naturaleza y con su gente.

Entre lagunas turquesa, mitos ancestrales y cultura viva, este pueblo de Perú invita a conectar con la naturaleza y con su gente.

Pero no todo es contemplación: el pueblo también ofrece actividades para los más activos, como paseos en bote, pesca deportiva, kayak y canopy. Las rutas están llenas de historias que mezclan leyendas andinas con la herencia incaica que aún palpita en los restos arqueológicos diseminados por la región.

En paralelo, el modelo de turismo comunitario ha sido clave para el desarrollo de Huancaya. Gracias a la estrategia del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), muchos habitantes se capacitaron para brindar servicios turísticos de calidad, sin perder la esencia local. Artesanos, guías y emprendedores construyen día a día un modelo que valora sus raíces y promueve el crecimiento sostenible. Actualmente, el pueblo está en proceso de ser declarado formalmente “Pueblo con Encanto”, una distinción nacional que refuerza su apuesta por el turismo consciente y respetuoso.

Un destino que se siente, no solo se visita

En Huancaya no hay grandes centros comerciales ni hoteles de lujo. Hay caminos de tierra, agua cristalina, cerros que cuentan historias y una comunidad que recibe al viajero con orgullo y generosidad. Ya sea por sus paisajes únicos o por la calidez de su gente, este rincón del Perú andino se queda grabado en quienes lo recorren. Y por eso, más allá de los premios, roba suspiros de verdad.