El pueblo oculto en Catamarca que revela el pasado incaico de Argentina
A pocos kilómetros del pueblo de Londres, El Shincal de Quimivil conserva ruinas, senderos y estructuras que permiten descubrir cómo vivían los incas en el norte argentino antes de la llegada de los españoles. Un recorrido único por la historia precolombina del país.

Puertas alineadas en los antiguos recintos de piedra del Shincal, un testimonio de la arquitectura y el orden urbano incaico en el corazón de Catamarca.
Gobierno ArgentinaAunque pocos lo conocen, los vestigios del pasado precolombino argentino todavía asombran a quienes se animan a explorarlos. Y al norte de Catamarca, es posible encontrarse con un sitio que invita a imaginar cómo era la vida en América antes de la llegada de los españoles: El Shincal de Quimivil, un pueblo inca enclavado entre montañas, que conserva la huella viva de una civilización milenaria.
A solo 5 kilómetros del pueblo de Londres, en el valle de Hualfín, El Shincal fue construido por los incas entre 1471 y 1536 como la capital administrativa más importante del sur del imperio, en la provincia conocida como Kollasuyu. El sitio, reconocido como el "Nuevo Cuzco del Kollasuyu" por los arqueólogos, se extiende por más de 30 hectáreas e incluye cerca de 100 recintos de piedra, plazas, acueductos, almacenes, viviendas, un gran trono ceremonial y dos cerros artificialmente aplanados que evocan antiguos cultos solares.
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Su trazado urbano ordenado, su sistema de regadío y la presencia de importantes depósitos de cerámica incaica demuestran la relevancia que tuvo El Shincal dentro del Imperio, con una población estimada de unos 800 habitantes.
Las actividades en este pueblo incaico tuvieron su apogeo durante menos de setenta años, hasta la llegada de los españoles en 1536. Ese año, el ejército comandado por Diego de Almagro utilizó los edificios del Shincal como albergue y base de aprovisionamiento en su paso hacia Chile. Para entonces, el Imperio Inca ya estaba desarticulado y, poco después, la región volvió a quedar bajo control de los calchaquíes, sus antiguos habitantes.
Durante un breve período, los calchaquíes recuperaron la libertad en el territorio. Sin embargo, en 1636, liderados por Chalimín, intentaron una última gran resistencia: sitiaron la ciudad de Londres y cortaron el acueducto, buscando preservar la autonomía de sus pueblos. La represión fue brutal, Chalimín fue ejecutado y el Shincal finalmente destruido. Desde entonces, las ruinas permanecieron ocultas bajo la vegetación durante siglos.
El nombre Shincal proviene del abundante arbusto “shinki”, que todavía crece en la zona.
Las excavaciones arqueológicas han sorprendido por la gran proporción de alfarería incaica hallada: a diferencia de otros sitios argentinos donde sólo aparece un 8% de cerámica inca, en El Shincal la cifra asciende al 40-50%, reflejando la fuerte presencia y control incaico.
Hoy, El Shincal es uno de los sitios arqueológicos más importantes del país. Cuenta con un centro de interpretación, senderos señalizados, servicio de guías y áreas de descanso. Los visitantes pueden recorrer plazas, recintos, escalinatas y cerros que guardan la memoria de una cultura que intentó sobrevivir a la conquista. A pocos kilómetros, el pueblo de Londres es la base perfecta para quienes buscan comprender y disfrutar el pasado profundo del norte argentino.
Cómo llegar a este pueblo
- En colectivo: desde San Fernando del Valle de Catamarca, con las empresas “25 de Agosto” o “El Antofagasteño”, y luego por el servicio local “El Inka”.
- En auto: tomar RN 38 hasta la Quebrada de la Cébila, seguir por RN 60 hacia Aimogasta (La Rioja) y luego por RN 40 hasta la plaza de Londres. Finalmente, tomar la RP 219 hasta el final del recorrido.