Qué significa tener siempre el armario desordenado, según la psicología
¿Problemas para ordenar el clóset? Descubre lo que hay detrás de la desorganización según los expertos en psicología.
Un armario desordenado puede parecer un simple problema de organización, pero según la psicología, ese caos entre las perchas y cajones habla de algo más profundo. Es un reflejo de nuestro estado emocional, y a menudo, está ligado a ansiedad, estrés, y hasta a aspectos de nuestra propia identidad.
Tener un armario caótico no solo hace difícil elegir qué ponerse cada mañana; también puede generar una sensación de agobio que, según los expertos, traspasa a otros ámbitos de la vida. Para la web Orden Studio, este desorden refleja emociones que quizás no tenemos del todo resueltas: “El desorden en psicología se atribuye a factores como miedo al cambio, miedo a ser olvidado o a olvidar, miedo a la carencia. Simbolizan confusión, caos, y puede significar incertidumbre acerca de tus metas, tu identidad o lo que quieres de la vida”.
La acumulación de ropa que ya no usamos puede, entonces, ir más allá de una simple pereza por ordenar; puede hablar de un apego a recuerdos, o un miedo a soltar.
La psicología ha demostrado que nuestro entorno físico y nuestro bienestar emocional están conectados. Según el sitio Vivienda Saludable, el desorden impacta directamente en el estado de ánimo: “El desorden en nuestro entorno tiene una relación directa con el estado de ánimo. Puede conllevar emociones negativas como la angustia, desgana, sensación de fracaso o tristeza”. Además, expone que un espacio desordenado genera agotamiento visual, ya que el cerebro percibe el caos como una carga adicional.
Ordenar el armario: ¿terapia en casa?
No solo se trata de poner en orden la ropa. Según los expertos, el proceso de ordenar un armario puede ser un momento terapéutico y una forma de autocuidado. Organizar el espacio físico es también una manera de empezar a poner orden en la mente. La práctica de decidir qué prendas se quedan y cuáles se van permite conectar con las emociones que asociamos a esos objetos y entender mejor lo que realmente queremos.