Presenta:

Esto dice la psicología sobre aquellos que publican todo el tiempo

Las redes son un espacio para expresarnos, pero... no todo necesita ser compartido, o al menos no todo el tiempo. Descubre qué piensan los expertos sobre esto.
Tal vez la próxima vez que quieras publicar cada detalle de tu día, te detengas un segundo y te preguntes: ¿por qué lo estoy haciendo?   Foto: Shuterstock
Tal vez la próxima vez que quieras publicar cada detalle de tu día, te detengas un segundo y te preguntes: ¿por qué lo estoy haciendo? Foto: Shuterstock

Las redes sociales ya están incrustadas en nuestra rutina. Publicamos lo que desayunamos, dónde estamos, con quién y cómo nos sentimos. Aunque a veces parece inofensivo, ¿qué hay detrás de esta necesidad de compartir cada detalle?  

Descubre qué dicen los psicóglos sobre esta necesidad de presencia permanente en redes. (Foto: Pexels)

Plataformas como Instagram, Facebook y TikTok no solo conectan, también moldean comportamientos. Según la psicóloga Nancy Darling, lo que publicamos refleja partes clave de nuestra personalidad. Pero, ojo: compartirlo todo puede ser una señal de algo más profundo.  

El exceso de publicaciones suele estar relacionado con una búsqueda de aprobación constante. "La búsqueda excesiva de aprobación es un problema", asegura Darling. Esto puede apuntar a rasgos narcisistas o a inestabilidad emocional.  

Compartir todo lo que hacemos puede llegar a derivar a problemas emocionales.  (Foto: Shutterstock)

¿Qué nos engancha tanto?  Detrás de cada like y cada comentario hay un cóctel químico de dopamina y otras hormonas que nos hacen sentir bien. Según diversos estudios, esta recompensa inmediata puede alimentar una adicción, creando un ciclo de dependencia emocional con las redes sociales.  

“El exceso de publicaciones indica una necesidad", señala Darling. Esto significa que buscamos refuerzo externo para sentirnos parte de un grupo o validar nuestra identidad, algo que, fuera del mundo digital, podría ser más difícil de conseguir.  

El querer validar nuestra existencia a cada momento significa un grave problema. (Foto: Shutterstock)

Aunque aún no tiene una etiqueta clínica oficial, esta obsesión por documentar la vida en redes ya afecta a millones. Al ser un hábito tan integrado en nuestra cotidianidad, muchas veces pasa desapercibido como algo inofensivo. Pero no lo es tanto, porque puede derivar en problemas de autoestima y aumentar la dependencia emocional.  

Aunque uno crea que lo tiene controlado, la ansiedad por el número de interacciones que se logra es real. (Foto: Shutterstock)

La constante búsqueda de interacciones virtuales no solo nos conecta, también nos desconecta de nosotros mismos. Compartir cada paso puede convertirse en una herramienta para llenar vacíos emocionales o para buscar reconocimiento. Y cuando ese refuerzo no llega, el impacto en la autoestima puede ser significativo.