Pintoresco y calmo

El pueblo mágico de San Luis que se detuvo en el tiempo y es ideal para este fin de semana largo

Este tranquilo pueblo de menos de 300 habitantes esconde una historia de tesoros. Sus calles y casas de piedra hacen que el visitante viaje al pasado al recorrerlo.

MDZ Trip lunes, 20 de marzo de 2023 · 10:10 hs
El pueblo mágico de San Luis que se detuvo en el tiempo y es ideal para este fin de semana largo
Las calles y casas de este pueblo conservan su estado original de piedra Foto: Lilia Acevey
El pueblo mágico de San Luis que se detuvo en el tiempo y es ideal para este fin de semana largo
La Carolina es un pueblo de aproximadamente 300 habitantes Foto: Lilia Acevey
El pueblo mágico de San Luis que se detuvo en el tiempo y es ideal para este fin de semana largo
La Carolina es un tranquilo pueblo para conectar con la naturaleza Foto: Lilia Acevey
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Faltan tan solo 4 días para el próximo feriado, viernes 24 de marzo. Será un fin de semana largo perfecto para relajarse en un destino tranquilo y recibir a la estación más romántica del año, el otoño. En San Luis, existe un pequeño pueblo que permite desconectarse de la rutina por unos días y disfrutar de la naturaleza.

En San Luis uno puede encontrar pequeñas y tranquilas localidades, cada una con una impronta diferente. Pero existe un pueblo que se ha detenido en el tiempo, muy pintoresco y poco visitado que para muchos es uno de los lugares más mágicos de la provincia.

Esta pequeña localidad serrana se llama La Carolina, un pueblo de tan solo 300 habitantes donde hay una mina de oro abandonada. Aquí el turista puede experimentar un día como minero y simular una búsqueda de este metal precioso de color dorado en el río amarillo, el cual tiene ese color por los minerales.

La Carolina se sitúa a 80 kilómetros al Norte de la Ciudad de San Luis, sobre la base del Cerro Tomolasta, a 1600 metros de altitud sobre el nivel del mar. El casco principal del pueblo ofrece aire freso y puro, y está rodeado de hermosos arroyos; sus calles están recientemente empedradas, así como las casas, están revestidas también en piedra originaria. Todo conserva aún el aspecto original del pueblo colonial.

La historia de este pintoresco pueblo

La Carolina es un tranquilo pueblo para conectar con la naturaleza. Foto: Lilia Acevey

El pueblo comenzó a llamarse La Carolina en 1794 cuando el virrey Sobremonte, gobernador intendente de Córdoba del Tucumán cambió el nombre que antes llevaba el pueblo: San Antonio de las Invernadas fue el nombre

La historia de la existencia del oro comenzó cuando Don Tomás Lucero, vecino del lugar, encontró oro, y lo llevó a aquilatar a Córdoba. Por ello, muchos hombres llegaron al lugar en busca de la preciada riqueza.

Fue entonces que el marqués ordenó estudiar el terreno y para lograrlo trajo un trapiche de minerales; quizás fue el mismo que se trasladó a El Trapiche, y encargó moler el oro que provenía de La Carolina. Hoy queda muy poco oro; sin embargo, cuando el río crece y lo hace con su fuerza de arrastre, aun quedan unos pocos lugareños que esperan pacientemente con la ilusión de descubrir una fuente de riqueza.

¿Qué hacer en este pueblo?

A través de diversos tours y atractivos turísticos es posible conocer sobre la historia de este pueblito de San Luis que tuvo su esplendor mientras funcionaba su mina de oro.

La Carolina es un pueblo de aproximadamente 300 habitantes. Foto: Lilia Acevey

Es posible hacer tours para conocer la historia de este lugar, los cuales incluyen búsquedas de oro en el río, visita guiada a la Mina de Oro, rappel, turismo educativo, y venta de productos regionales.

También conocer el Museo de la Poesía Juan Crisóstomo Lafinur. Esta fue la casa del célebre escritor puntano, allí se exhiben más de 1.700 manuscritos de literatos locales, de habla hispana y del Mundo y Centro de Interpretación Audiovisual.

Para aquellos que prefieren estar en contacto con la naturaleza, existen emprendimientos que abren sus puertas para conocer cómo es el trabajo en el campo con animales de corral, también hay visitas a la reserva de llamas, arreo de tropillas, entre otras actividades.

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