La pequeñita isla de mar turquesa y menos de 300 habitantes a 3 horas de Miami

Esta minúscula isla rodeada de mar turquesa es una joya poco explorada y atrapante ubicada a poco más de tres horas en auto de Miami Beach. Para muchos viajeros y conocedores de la zona este es el mejor lugar para ver atardeceres en Florida.

La isla de Captiva se ubica a 383 kilómetros de Miami, posee un encantador centro de colores caribeños, paisaje agreste, clima tranquilo y descontracturado, y cuenta con tan solo 275 habitantes.

Aquellos que visiten este destino, que abarca 3 kilómetros cuadrados, tienen la opción de moverse por la isla a pie, aunque también puede ser muy divertido e interesante alquilar bicicletas o carritos de golf para recorrerla y no perderse ni un detalle.

Captiva posee abundante vegetación, tranquilas playas y un intenso mar turquesa, esto la convierten en un sitio único que se distingue y no se asemeja a ninguno de los atractivos turísticos a los que los argentinos acostumbran a visitar en un viaje a Florida.

Navegar desde Captiva seguro será una muy interesante opción. Desde el mar es posible observar una gran cantidad de vida silvestre retozando en las aguas: los delfines saltadores y los manatíes flotantes son visitantes habituales a medida que cruza hacia las islas de barrera más remotas.

La hermosa playa de Captiva es naturalmente hermosa y enamora con sus costas solitarias y puestas de sol brillantes. Una de las playas imperdibles es Blind Pass Beach, ubicada justo en el cruce de las islas de Sanibel y Captiva, allí los visitantes pasean entre los bancos de arena, recolectando conchas marinas y viendo la puesta de sol.

Pese a que Captiva es una isla pequeña, en ella se encuentran desarrollos inmobiliarios, resorts, campos de golf y restaurantes con exquisitas opciones gourmet. 

Una isla con tesoros en el cielo

Desde las tranquilas playas de arena blanca de la isla Captiva, no solo es posible disfrutar de atardeceres de película sino que también es posible contemplar la luna con un especial tamaño y color ligeramente rojo; algo que ha inspirado a muchos artistas.

Además, es el escenario de un fenómeno único al que muchos llaman "destello verde". Se trata de un brillante estallido de luz que solo aparece en un cielo despejado justo cuando el sol se esconde detrás de la línea del horizonte del agua.