Opinión

El mejor Malbec del mundo, según Pepe Honguito

Nos llenamos de elogios por los críticos internacionales, que muchas veces nos desubican. Un negocio interminable de pocos, lejos del consumidor.

Federico Lancia
Federico Lancia sábado, 18 de junio de 2022 · 07:00 hs
El mejor Malbec del mundo, según Pepe Honguito

No es que quiera pinchar el globo, pero no dejo de hacerme preguntas. Entiendo que las bodegas se llenan de orgullo por unos reconocimientos de críticos de otros países, pero no debemos perder el norte. 

Si fuera por todas las “noticias” que llegan desde la industria seríamos el 1 en materia de vinos a nivel mundial. Los críticos eligieron a este Malbec como el número 1 de Reino Unido. Aquel pondero a este Cabernet Franc como el mejor precio calidad de Estados Unidos. Este es el espumante más vendido en China, en el Supermercado de Veganos. 

Todas cosas súper valoradas, pero sin dudas es buscar noticias donde no las hay. Formar una identidad podría ser una cuestión importante y no tanto buscar diferencias entre nosotros a los codazos para ver quien es el mejor del “resto”.

Unos por autopista, otros por carretera

A mi me da la impresión que hay diferentes tipos de consumidores. Algunos van a toda velocidad, y siguiendo sus propias reglas. Y otros, en cambio, por caminos alternativos. Estos últimos son cada vez menos. 

Parecen desconectarse cada vez más. Y los “críticos” o los “concursos” quedan para esos de caminos diferentes que no confían en sus propios instintos. Que todavía le ponen fichas a las agencias de viajes, a las guías de restaurantes o a los críticos de cines, por nombrar algunos. 

Los consumidores se basan en su propia experiencia.

Sin embargo, hoy el mundo parece sintonizarse en otro canal, donde los propios consumidores son dueños de sus experiencias y consiguientemente de sus propias opiniones. Los ejemplos sobran. Pensá. Cuál es la principal guía de viajes en el mundo, o cuál es el principal mercado de cosas donde podes optar por lo que quieras, o cómo elegís tu comida. 

Además, ciertamente abrumar de información a los consumidores como es el “mejor”, el “best value” o “el más ponderado”, lo único que logra es desinformar más. 

Por eso, alejarse de la experiencia propia y poner el ojo en lo que puede decir una sola persona, a través de un sistema de calificaciones, es no conectar con lo que siente el consumidor actual.

El año del mundial

Si me basara sólo por lo que me dicen los concursos y los críticos, estaría en condiciones de afirmar que ganamos el mundial, y varias veces. Cada semana, aparece un vino argentino como el mejor y demás. Es cuestión de salir un poco y te das cuenta que no es tan así. 

¿De quién es la culpa? De nadie. ¿Tenemos un buen vino? Claramente. ¿Falta para competir en la liga mundial? Sin dudas. 

De lo que sí estoy seguro, es que los concursos y los críticos vienen con algunos grises. Por ejemplo, me cuesta encontrar alguno que deguste a ciegas, es decir sin saber de quién es el vino o a qué bodega pertenece. Que pueda comparar vinos similares de diferentes lugares del mundo, sin conocer su procedencia; que pueda mostrar todo lo que sucede en un país vitivinícola sin pedir la cuota de participación antes de degustar. 

Hoy la transparencia publicitaria es directa con el consumidor, en todos los ámbitos. Y no es pura desconfianza de este humilde periodista. Es que el que compra el vino ya no se chupa el dedo. 

Yo lo tengo claro y los consumidores también: el Malbec argentino es el mejor del mundo, tenemos excelentes vinos, grandes desarrollos enoturísticos y un potencial enorme. No seamos inseguros, no necesitamos que venga nadie a reafirmarnos eso.

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