Un estudio en Inglaterra revela cómo la polución genera trastornos emocionales en los niños y adolescentes
La exposición a la polución durante la infancia puede generar trastornos emocionales en los niños y adolescentes, reveló un estudio realizado en Inglaterra, y destaca su relación con problemas como la depresión.
La niñez y la adolescencia son etapas extremadamente vulnerables, donde el cerebro está en pleno desarrollo. Los contaminantes presentes en el aire, al ser inhalados, pueden afectar directamente el sistema nervioso. Los niños, por su baja estatura, están más expuestos a gases nocivos emitidos por vehículos y otras fuentes de toxicidad, lo que incrementa los riesgos para su salud mental.
El estudio, realizado por la Universidad de Bristol y el King's College de Londres, Inglaterra, utilizó datos del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos, analizando a 14,000 individuos a lo largo de 12 años. Los investigadores combinaron esta información con datos sobre contaminación del aire y ruido, encontrando una clara correlación entre altos niveles de polución y el aumento de trastornos psicológicos en jóvenes.
Joanne Newbury, autora del estudio publicado en JAMA Network Open, explica que los contaminantes pueden penetrar el cerebro a través del bulbo olfatorio, dañando las células cerebrales. Además, provoca inflamación en el cuerpo, afectando indirectamente la salud mental. Este fenómeno subraya la necesidad de políticas públicas que reduzcan la exposición a estos agentes dañinos.
La polución no solo afecta después del nacimiento; sus efectos comienzan incluso durante la gestación. Los niños expuestos a altos niveles de contaminantes desde el vientre materno presentan más síntomas de psicosis y mayores niveles de depresión durante su vida. Esta realidad resalta la importancia de proteger a las futuras generaciones desde el primer momento.
El estudio también identifica el ruido como un factor de riesgo para la ansiedad. La exposición a altos niveles durante la infancia y adolescencia aumenta el estrés y perturba el sueño, afectando la función cognitiva y la concentración escolar. Estas condiciones subrayan la necesidad de ambientes más tranquilos y saludables para los jóvenes.
Si bien la investigación se centra en Inglaterra, sus hallazgos son relevantes a nivel global. Los autores del estudio instan a los gobiernos a implementar zonas de aire limpio y promover transportes menos contaminantes. Estas medidas son cruciales para proteger la salud mental de los niños y adolescentes, asegurando un desarrollo más saludable y equilibrado.
En conclusión, la polución tiene un impacto significativo en la salud mental de los jóvenes y es esencial que las autoridades tomen medidas inmediatas para reducir la exposición a contaminantes, creando entornos más seguros y saludables para las futuras generaciones.