La particular adicción de Ben Stiller

La comicidad, claramente la lleva en la sangre. Su verdadero nombre es Benjamin Edward Stiller, pero es mucho más conocido como Ben Stiller. Nació en 1965 en New York, con una familia que lo rodeaba en carcajadas y diversión. Creció y desarrolló su pasión, aunque tiene una particular adicción que nadie se imagina.

Ben Stiller lleva en la sangre la comicidad

Durante sus primeros años de vida, estaba rodeado de una familia que se la pasaba arriba de los escenarios. Siempre junto a sus padres (reconocidos cómicos) que actuaban y divertían al público, Ben Stiller nunca dudó cuál era su vocación. Así, es que se dedicó a la actuación desde muy pequeño y su debut le llegó a los 10 años en la serie Kate McShane, donde la protagonista era su madre.

Aunque ingresó a la Universidad para estudiar cine, nunca terminó su carrera. No obstante, no le hizo falta graduarse para llegar a demostrar su talento y que es un privilegiado en la industria del séptimo arte. Luego de realizar una serie de castings, tuvo muchas oportunidades laborales y todas, se las ganó con mucho esfuerzo. Es un hombre que ama hacer reír a las personas.

Particular adicción: Ben Stiller es un apasionado y obsesivo con el trabajo

Para Ben Stiller, la familia juega un papel muy importante en su vida. Incluso, prefiere estar con ellos un domingo, a reunirse con amigos para ver básquet o tenis (deportes que le apasionan). Sin embargo, él mismo en más de una oportunidad, ha confesado que se considera un adicto al trabajo. Está a la vista que así fue en un momento, porque el cómico estrenaba al menos dos a tres películas por año.

Asimismo, el actor reconoce lo afortunado que es, a pesar de todos los retos que tuvo en su vida, de poder trabajar y disfrutar de lo que más ama.

Eso sí, ha confesado que no quisiera nunca perder de vista de dónde viene, ni olvidarse de su familia, ya que al final son ellos quienes realmente están en su vida.

Y a ti, ¿En cual de todos sus emblemáticos personajes te ha gustado más?