Cómo fue la relación entre Jamie Lee Curtis y su padre, Tony Curtis

Detrás de los flashes y las luces de la fama, Jamie Lee Curtis tiene una historia familiar bastante particular. Como herencia familiar decidió seguir los pasos de sus padres y abocarse a la actuación, como suele suceder con varias figuras de Hollywood. Sin embargo, dicho relato está lleno de sombras y contrastes.

Jamie, que recientemente ganó el Oscar a la Mejor Actriz de reparto, es hija de dos eminencias en la industria: Janet Leigh, la mujer que protagonizó una de las joyas del cine como 'Psicosis' por Hitchcock; y Tony Curtis, uno de los actores más bellos y carismáticos de la historia.

Quizá por las exigencias mismas que pueden existir internamente en una familia, la actriz no fue una hija amada y cuidada como muchos podrían creer. Todo lo contrario, y esto tiene que ver con la relación poco feliz que sostuvo con su padre.

Se trata de una relación que no transitó ni terminó bien, más allá del reconocimiento que logró la mega consagrada actriz. Días atrás, con 64 años, agradeció a sus padres por la estatuilla del Oscar mirando hacia el cielo, pero precisamente con Tony hubo algo no resuelto.

Así lo dio a conocer en 2010, días después del fallecimiento de él. “No fue un padre y nunca estuvo interesado en serlo. Hizo lo que se suponía que debía hacer desde un punto de vista financiero, pero no era un padre involucrado y, por lo tanto, lo miro desde la misma perspectiva que todos ustedes: una fan de él”, confesó la californiana.

A pesar de que sus padres siempre tuvieron grandes palabras hacia ella y el camino que fue construyendo dentro de su carrera profesional, Jamie confesó que todo eso era una fachada y que puertas adentro creció “en una casa llena de odio”.

A esa ausencia paterna, se le sumó que Tony tenía una vida amorosa bastante inquieta y que de hecho se divorció de la madre de la actriz por infidelidades. Tras ello, el actor tuvo otras cinco esposas, lo que también denotaba la inestabilidad afectiva que había en él.

De todas formas, Jamie asegura que crecer sin un padre presente no fue tan terrible, pero sí dejó en ella un compromiso muy fuerte con las infancias. Quizá sea por eso que luego terminó convirtiéndose en una gran autora de cuentos infantiles.