Cómo fue la dura infancia de Jennifer Lopez antes de convertirse en una estrella

No hace falta decir todo lo que Jennifer Lopez consiguió a lo largo de sus varias décadas de éxito pleno, posicionándose como una verdadera marca registrada que traspasó fronteras. Sin embargo, no siempre todo el camino estuvo lleno de luces, y mucho lo dice la dura infancia que vivió.

Nadie podía imaginar lo que llegaría a ser aquella niña que empezó a cantar y bailar con cinco años. Y es que, sin dudas, Jennifer posiblemente era la más fiel creyente de sus propios sueños, aunque no muchos estaban convencidos de que lo pudiera lograr.

Jennifer Lynn Lopez, así dicta su nombre completo, nació el 24 de julio de 1969 en el Bronx, un humilde barrio de los suburbios de Nueva York. Muchos creen que la artista es latina, aunque en realidad es una estadounidense de raíces latinas a través de sus padres puertorriqueños.

Hablamos de Guadalupe Rodríguez y David López, quienes llegaron a Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Ambos lucharon porque sus tres hijas -además de JLo también están Lynda y Leslie- tuvieran todo lo que desearan y que no les faltase nada.

Hubo momentos difíciles para la familia ya que en algunos momentos llegaron a pasar hambre. Los primeros años de vida de Jennifer no fueron fáciles. Si bien en alguna oportunidad remarcó que fue feliz más allá de todo, vivir en la pobreza la marcó para siempre.

El padre de JLo era un vigilante de seguridad, mientras que su madre una maestra de jardín. Y cuando sus padres no estaban por trabajo y las horas extras que necesitaban hacer para sacar a la familia adelante, la estrella se encargaba de cuidar a sus dos hermanas.

Los cinco vivían en un departamento, casi amontonados, hasta que se pudieron mudar a algo más grande cuando Jennifer cumplió 10 años. Eso no cambió que muchas veces no tuvieran para comer. A la par, la actriz siempre rescató la preocupación de sus padres para que estudiara, logrando hacer una carrera para salir de esa situación.

Sus padres querían que siguiera una carrera universitaria, y aunque comenzó la facultad terminó abandonando todo a los seis meses, algo que significó una gran decepción para sus padres según contó la celebridad en sus inicios. Fue en ese momento cuando se prometió triunfar como artista, con 18 años y ya yéndose a vivir sola a Manhattan con escaso dinero ahorrado.

Allí comenzó a tomar clases de danza, canto y actuación. Vivía en un departamento que no tenía muebles, ni siquiera una cama, por lo que dormía en un colchón tirado en el piso. Antes de conseguir ese lugar, llegó a pedir permiso para dormir en la escuela de danza a la que concurría, porque no tenía un techo.

Lejos de esquivar esta realidad, JLo cuenta orgullosa sus inicios y siente que sirve como lección de vida para sus hijos (Emme y Maximilian, hijos de su relación con Marc Anthony). Cree que eso, en lo que es una infancia con diferencias abismales, servirá a los pequeños para entender el significado del sacrificio. Y sin dudas es un ejemplo, para todos.