Entrevistas MDZ

Creó una webapp que le facilita la gestión a más de 40 empresas y hoy es referente en la tecnología

Patricia Soria, junto a su socio Germán Vecchiarelli, es la fundadora de QuienVino, una aplicación que facilita la gestión de recursos humanos que cada vez es más usada. Su experiencia y mucho más

Sol Devia
Sol Devia martes, 19 de noviembre de 2024 · 19:35 hs
Creó una webapp que le facilita la gestión a más de 40 empresas y hoy es referente en la tecnología
Patricia Soria es la creadora de QuiénVino, una herramienta de gestión de recursos humanos que utilizan 40 empresas en Argentina. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

El deseo de Patricia Soria de apostar por la maternidad le abrió la puerta a no solo tener su propia familia, también al emprendedurismo. Después de años trabajando para diferentes empresas en Mendoza, su deseo de ser madre la llevó a buscar nuevos horizontes laborales y, casi sin quererlo, comenzó a darle vida en 2019 a lo que poco después sería QuienVino, una webapp que facilita la gestión de recursos humanos que hoy en día utilizan unas 40 empresas de la región de Cuyo, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, entre otros. 

En cinco años, lo que empezó como una actividad secundaria junto a su socio Germán Vecchiarelli, hoy le ha permitido a Soria convertirse en una referente en el ámbito tecnológico de Mendoza y en el desarrollo de una startup exitosa. 

En una entrevista con MDZ, la empresaria habló de cómo ha sido su camino en un ámbito en el que todavía predominan los hombres, los desafíos de pasar de una buena idea a un proyecto concreto, la realidad del sector tecnológico en la provincia y más. 

Patricia Soria, creadora de QuiénVino. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

-¿Qué es QuiénVino?

-Es una webapp, es decir, que es una aplicación web que se adapta a todos los dispositivos que permite hacer todas las gestiones administrativas de recursos humanos. Todo lo que es el registro de la gente ingresa a trabajar, las vacaciones, enfermedades, si tienen que firmar los bonos de sueldo… Es una ayuda para toda la parte administrativa de la gente que trabaja en recursos humanos y para las personas de la empresa también.

-¿Cómo nació esta idea?

-Nació de una necesidad que había visto en todos los años que trabajé en distintas empresas. En un momento dejé de trabajar en relación de dependencia y empecé a pensar en hacer esta idea que venía pasándome en distintos trabajos: por ahí tenía menos días de vacaciones de los que yo creía, de tener que ir a pedir los bonos de sueldo de manera presencia… Todos esos temas de gestión veía que faltaban en varias empresas y empezamos a desarrollarlos con mi socio Germán Vecchiarelli y nació en el 2019. Ahí empezamos a hacer toda la parte del desarrollo y en el 2020 ya lanzamos la aplicación. 

-¿Cómo ha sido la evolución en estos cinco años?

-En principio fue muy de prueba, la verdad es que no sabíamos que queríamos hacer una startup o una empresa. Empezamos a hacer el desarrollo, que era un poco lo que sabíamos hacer, y de ahí las empresas lo empezaron a probar. Ahí yo seguía teniendo otro trabajo en paralelo y un poco cuando empezó a ser mucho tener dos trabajos a la vez lo dejé y me enfoqué 100% en QuiénVino y el crecimiento fue mucho más grande en este en este tiempo.

En cuanto a la aplicación, hemos ido agregando cosas, empezamos con la parte de gestión de licencias y de vacaciones y después le sumamos lo que era el registro de ingreso y egreso. Hoy en día usamos algoritmos de inteligencia artificial para el reconocimiento facial, usamos firma electrónica para los documentos y le hemos ido agregando año a año funcionalidades de acuerdo a lo que nos pedían los clientes. 

-¿Con cuántas empresas trabajan hoy?

-Tenemos alrededor de 40 empresas, tanto del sector público público como privado. Hay empresas chicas y grandes. Tratamos de que la solución se adapte a todo tipo de empresas. Cada una tiene alguna configuración en particular, no son todas iguales, pero venimos trabajando en distintos tamaños de empresas.

Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

-¿En qué momento sentiste que ya eras una empresaria del rubro tecnológico?

-Lo siento desde la primera vez que alguien me pagó una factura por el servicio y dije: “Esto es más que un hobby”.  Es algo que resuelve un problema a alguien y desde ese momento empezamos a ver no solo la potencialidad de la aplicación, sino que a las empresas les sacaba mucho trabajo encima y les resolvía una situación. Creo que desde ese momento para nosotros ya pasó a ser una empresa en nuestra concepción y en cómo nos empezamos a manejar, tratando de ser mucho más profesionales.

-¿Cómo ha sido tu proceso personal en este crecimiento en una industria que, si bien la mujer tiene cada vez más presencia,  todavía está dominada por los hombres?

-En cuanto al crecimiento de la aplicación, mucha gente me dice que ya estamos hace cinco años y es porque por ahí se piensa mucho que esto es muy fácil, de que en un año ya tenés que explotar. Pero la verdad es que fue un proceso y todos los pasos de ese proceso tuvieron algo que ver para que podamos seguir creciendo, creo que todo eso fue muy importante y que hoy en día estamos más consolidados gracias a todos esos pequeños pasitos que dimos y a que por ahí fue más lento, pero creo que eso nos consolida. 

En cuanto al rol de la mujer, la verdad es que desde que yo estudiaba en la en la facultad de la UTN el curso eran 30 varones y cinco mujeres, ya era así desde entonces y como vos decís ha cambiado, pero no tanto en realidad. Sigo sentándome en mesas de discusión y en mesas de decisión en donde la mayoría son hombres. 

Justo esta mañana tenía una reunión y hay una premiación y veía que en las ternas la mayoría eran hombres, entonces como que digo “¿Dónde estamos las mujeres?”. Estamos haciendo o tratando de hacer muchas cosas y hay muchas que hacen cosas increíbles en biotecnología, en compliance, en tecnología y en en ramas que por ahí son duras. De mi lado trato de poner el foco para que alguien vea que podés tener una empresa tecnológica siendo mujer y para que incluso las mamás de las nenas vean que sus hijas pueden tener otra profesión que no sea las que generacionalmente son consideradas para mujer.

-¿Cómo identificaste que el rubro tecnológico era el ideal para emprender?

-Me parece que hoy en día la tecnología abarca todo. Por ahí veo que las empresas tienen procesos industriales súper complicados, maquinaria de punta, pero en toda la parte administrativa o en la parte de gestión siguen con procesos manuales. Por ahí lo hacen porque ya lo vienen haciendo hace un montón de años, pero sin pensar en que podrían justamente ahorrar mucho dinero y tener mucha más información. Ahora el 30 de noviembre van a ser dos años que está Chat GPT y el otro día veía una estadística que el 80% en el mundo no lo ha usado ninguna vez, es un montón de gente. Obviamente hay un gran tema en cuanto a, por ejemplo, la gente que no tiene acceso a internet, pero de la gente que sí tiene acceso, que sí podría porque lo tiene al alcance de la mano y no lo utiliza, tenemos que caer en cuenta que esto es lo que ya está sucediendo.

Creo que es una industria que ya no es emergente, que es una necesidad para la gente. Un poco empecé porque era la base de lo que hice en la facultad. De hecho, cuando estudié no era el boom de ahora con la tecnología, pero creo que incluso tenemos que adaptar los puestos que no sean tecnológicos y las empresas adaptarse mucho más a empezar a digitalizarse para permanecer en el mercado y para ser líderes. Creo que hay que hacer mucho más hincapié en todo tipo de emprendimiento que solucione algo de índole tecnológico.

Rodrigo D'Angelo / MDZ

-En el último tiempo te ha tocado dar charlas y estar nominada a premios relacionados al emprendedurismo. ¿Cómo es compartir tu experiencia, no solo con mujeres, con cualquier persona que quiera emprender en tecnología?

-Me pasó que en principio me invitaban a contar lo que estaba haciendo y descubrí que al contarlo a otra persona le podía parecer que se puede hacer a un emprendimiento así, que hay una manera de empezar este camino y sobre todo de que podés ser mujer, podés trabajar en la tecnología, podés tener tu propia empresa. Si mi voz sirve para mostrar algo de todo eso, creo que está bueno. Trato de perfeccionarme ahora un poco más y de tener mucha más información y de tomarlo también con responsabilidad, pero me parece bueno que empiecen a aparecer mujeres en estos espacios. Uno ve una charla y el line up principal son todos hombres y es un dato. Creo que tiene que ir cambiando y para cambiarlo, tenemos que mostrar que hay mujeres que también hablan, que también saben de muchos temas y es un poco por eso que estamos haciendo.

-¿De cuánto ha sido la inversión, de todo tipo de recursos, que han hecho para QuienVino y qué rentabilidad tienen hoy en día?

-En principio, cuando comenzamos con el desarrollo y demás, la verdad es que ahí ni siquiera nos dábamos cuenta de que el tiempo que estábamos invirtiendo era un recurso. Al principio sacamos un Fondo Semilla de Nación. Eso nos dio el puntapié para poder hacer todo lo que era la marca y poder hacer todo el desarrollo inicial y empezar por ahí. Después, obviamente, mucho tiempo de nosotros. Al principio, como muchos otros emprendedores, tenés otro trabajo que es el que te mantiene día a día y, por suerte, después de un tiempo pude dejar el otro trabajo, pero ahora significa que tenés que producir un montón más porque depende de vos lo que vas a ir generando. 

Hoy en día ya pasamos a estar en verde, por decirlo de alguna manera, que es un montón, pero te lleva a ser mucho más ordenado, a llevar los números de lo que vas gastando y de lo que te va ingresando, algo de lo que creo que tampoco nos enseñan tanto y que tampoco cuando uno pone una startup está pensando en eso, como en un montón de otras cosas satélites que en principio no pensás y que te tenés que terminar encargando. Es un desafío. Hoy ya tenemos la SAS (Sociedad por Acciones Simplificada) de la empresa, entonces vamos dando esos pasos para ir creciendo y para prepararnos para crecer.

Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

-Me interesa esto que decís que en el ámbito académico no nos preparan para emprender, por lo que no basta con solo tener una buena idea para materializarla en una empresa…¿Cómo fue tu proceso?

-Sí, tal cual. De hecho, muchos emprendedores no te quieren contar su idea por temor a que se la robes, pero es muy difícil robarse una idea porque tenés que llevarla a la acción. La idea sola no hace nada, tenés que tener personas y equipos, que también es lo más difícil, tener un equipo en el que todos pensemos lo mismo y vayamos para adelante y que desarrollemos todos esa idea. Creo que ese es el mayor desafío, más allá de la idea. 

Para nosotros, surgió la idea, en nuestro caso teníamos la fuerza de desarrollo, que muchos casos no lo tienen, pero nos faltaban un montón de otros skills y de cosas que te vas encontrando al tener una empresa. Significa facturación, ventas, clientes, soporte… Tenés que empezar a armar una estructura detrás de solo tener un buen producto. Quizás un buen producto, si no tenés soporte y si no atendés al cliente, no sirve. Nos costó mucho enfocarnos en el propósito de ver cómo le sirve a nuestros clientes, les ahorra tiempo y les da un bienestar laboral mucho mejor. Estamos muy enfocados en eso.

-¿Cómo ves a Mendoza hoy dentro del desarrollo de startups del mundo tecnológico y qué sentís que puede mejorar? 

-Creo que Mendoza se está posicionando bastante. Nosotros en octubre hicimos un evento tecnológico justamente porque notamos que un poco todo pasaba en Buenos Aires, es lo que notas en muchos ámbitos, pero en estos últimos meses ha habido muchos eventos y muchas iniciativas. Creo que también se está involucrando un poco el sector público, algo que está bueno, y está dando espacios y posibilidades. 

Cuando nosotros en el 2019 sacamos este financiamiento, la verdad es que fue vital para nosotros. Creo que en ese momento había más posibilidades de acceder que ahora, pero está muy bueno para impulsar a los emprendedores para que puedan dar sus primeros pasos que tienen que ser acompañados de estas iniciativas. Creo que la legislación tiene que empezar a acompañar porque, sobre todo en lo que es en materia tecnológica, viene mucho después de que las cosas pasan, tal como pasó con las aplicaciones como Uber y Cabify y la reglamentación. Es vital hacer alguna reglamentación o ver cómo se va a trabajar con el tema de inteligencia artificial en los colegios, en cómo vamos a trabajar en el ámbito corporativo, en dar las oportunidades a las startups, en facilitar procesos muy burocráticos con algunos organismos para que se puedan ir haciendo estas cosas tecnológicas y tener la confianza en cómo funcionan y cambiar procesos que en la parte pública están acostumbrados a que hace 30 años que las cosas pasan igual. Hoy hay que adaptarse a que está cambiando todo.

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