La autopsia complica al jubilado que mató a un ladrón: habría disparado a quemarropa

Esta mañana, el fiscal Ariel Rivas recibió los resultados preliminares de la autopsia practicada al cuerpo de Franco Moreyra, el ladrón abatido por el jubilado Jorge Ríos en la localidad bonaerense de Quilmes.

El informe indica que la causa de muerte fue un “paro cardíaco” y un “shock hipovolémico” con una hemorragia abdominal. Los forenses hallaron dos proyectiles dentro del cuerpo. Uno ingresó “a la altura del tórax en la línea media axilar” entre la sexta costilla izquierda: la bala cruzó una vértebra para llegar hasta el hombro derecho.

El otro proyectil fue hallado en la fosa ilíaca derecha, cerca del abdomen. Pasó por el retroperitoneo y “rompió la aorta y la cava”, lo que llevó al shock que le causó la muerte al delincuente de 26 años. Se tomaron muestras de sangre y orina para buscar la presencia de alcohol o drogas. Hay, por otra parte, otra lesión detectada que podría complicar la situación del jubilado. Se trata de un “tatuaje de piel”, una lesión provocada por el fuego del disparo, lo que revela que el tiro fue a quemarropa.

La principal hipótesis de la Fiscalía es que Ríos salió de su casa, corrió a Moreyra y lo alcanzó porque estaba herido en una pierna. Fue entonces cuando lo remató en el suelo.

El jubilado fue imputado por "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" y se encuentra detenido en su casa tras recibir el beneficio del arresto domiciliario.

En las últimas horas, dos de los cuatro cómplices de Moreyra fueron detenidos en el marco de varios allanamientos llevados a cabo en Quilmes. Los detenidos y los dos prófugos formarían parte de la barra del club Quilmes.