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Invertir para no perder: el nuevo reflejo financiero del argentino promedio

En un escenario de inflación y tasas en baja, cada vez más argentinos buscan opciones para cuidar sus ahorros e invertir sin ser expertos en finanzas.

Cada vez más argentinos buscan opciones para cuidar sus ahorros e invertir sin ser expertos en finanzas. Foto: Rodrigo DAngelo / MDZ

Cada vez más argentinos buscan opciones para cuidar sus ahorros e invertir sin ser expertos en finanzas. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

En un país donde la inflación y la incertidumbre económica marcan el pulso cotidiano, la preocupación por cómo preservar el valor del dinero y cuidar los ahorros dejó de ser asunto exclusivo de especialistas. Hoy, invertir ya no es sinónimo de ambición, sino una necesidad.

El nuevo reflejo financiero de miles de argentinos que prefieren moverse antes que perder. Desde jóvenes profesionales hasta familias de clase media, cada vez más personas se ven empujadas a tomar decisiones en el mundo de las finanzas personales. “No se trata de ganar, sino de no perder poder adquisitivo”, resume Moira Flynn, economista y asesora en inversiones de Valerza.

Cómo mantener los ahorros

Durante años, el plazo fijo fue el refugio elegido, simple y accesible. Pero con las tasas por debajo de la inflación tras los recortes del Banco Central, esa estrategia perdió sentido. Hoy, quien deja los pesos quietos en un plazo fijo, termina viendo cómo se evapora su valor.

Lo que sí cambió —y para bien— es el ecosistema de herramientas disponibles. Plataformas digitales, servicios financieros más amigables y montos mínimos mucho más bajos facilitaron el acceso a alternativas que antes parecían lejanas. “El costo de no saber se siente, literalmente, en el bolsillo”, advierte Flynn.

Distintas opciones para invertir

Entre las opciones que más eligen los pequeños inversores figuran las Obligaciones Negociables, que permiten financiar empresas a cambio de intereses más altos que los bancos; los fondos comunes de inversión, que diversifican riesgos y permiten entrar y salir con facilidad; las cauciones bursátiles y cuentas remuneradas, ideales para plazos cortos; y los fideicomisos financieros, una herramienta menos difundida pero útil para quienes quieren apostar por desarrollos inmobiliarios o crédito al consumo.

Sin embargo, más allá de la opción, la clave está en saber elegir según el objetivo y el contexto personal. No es lo mismo alguien que busca proteger su capital por unos meses que quien desea dolarizarse a mediano plazo. “La mejor inversión no es la más arriesgada, sino la más coherente con la realidad de cada uno”, subraya Flynn.

Y antes de cualquier decisión, hay un paso anterior que no requiere plata, sino atención: la información. “Aprender lo básico, consultar fuentes serias y evitar las promesas mágicas es parte del proceso. Informarse es, de hecho, la primera inversión que cualquiera puede hacer”, concluye la especialista.

Así, lejos de los términos técnicos o los gráficos complicados, invertir se volvió un acto de cuidado. Una forma de proteger lo conseguido y, sobre todo, de no quedarse inmóvil ante un escenario económico que no perdona.