Verónica Dobronich: "El sufrimiento se elige, el dolor no"
Cuando se acerca fin de año en el calendario, nuestra mente nos lleva a que nos hagamos preguntas que quizás en nuestra cotidianeidad no tienen espacio. Qué me falta, estoy feliz, cómo me siento.
La llegada de las ultimas semanas en el año además de las reuniones laborales, sociales y laborales nos trae también el balance de fin de año que representa para muchas personas un gran momento para muchos de nosotros, pensar en los logros obtenidos como en aquellos desafíos que ni siquiera los intentamos aunque nos lo habíamos propuesto. En este sentido, las exigencias, lo que nos autoexigimos nosotros mismos, las metas cumplidas y las que nos abandonaron en el camino, se nos juntan en nuestra cabeza como si fueran un remolino.
Para sabes si nos hace bien hacer el balance personal de fin de año, recibimos en MDZ a Verónica Dobronich, es especialista en inteligencia emocional y en inteligencia sensorial, entre otros títulos y especialidades, tiene más de 400 charlas a lo largo de 16 países.
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-Verónica, ¿es bueno para cada uno de nosotros, la posibilidad de hacer nuestro propio balance personal? ¿Nos hace bien a la salud mental?
-Me gusta y hay un gran disparador ahí en esa pregunta, muchas veces hay determinados eventos que pesan más que otros en nuestra vida. ¿Entonces creo que el momento de hacer un balance, por más que sea trillada la este la frase de hacer un balance a fin de año, que podría ser diario, semanal o mensual, y luego llegar ya como para ponerle el moño al año. Pero por qué viene bien ese balance para poder justamente analizar que muchas veces por tal vez ciertos eventos negativos que no fueron la mayoría, creemos que tuvimos un mal año, entonces ese balance o mi visión de lo que nos fue pasando, nos ayuda muchas veces a darnos cuenta de que hubo un montón de otras cosas buenas que nos pasaron, pero hay una tendencia de nuestro cerebro muchas veces a quedarnos más con lo negativo que en las cosas positivas que nos pasaron.
Para encarar el año 2025 nos vendría muy bien una mente positiva, un pensamiento más optimista, es necesario entonces poder hacer ese balance. Yo creo que invita también a repasar, puede ser que bueno, la mayor parte de las cosas que nos pasaron hayan sido malas o negativas, y ahí invito también desde la función que tiene nuestro cerebro de darle otro significado a lo que pasó, de poder buscar resiliencia, aprender de eso que nos pasó, nos podría ayudar también a tener otras herramientas para encarar ese 2025.
A todos nos pasan cosas que no deseamos. No necesariamente pueden ser malas para vos, pero si son malas para mí o a la inversa. Lo importante es este realismo que le damos a lo que nos pasa. ¿Y qué hago con lo que me pasa? Sí, para mí es crucial. ¿La vida es un 10% de lo que pasa y un 90% cómo te lo tomas? No digo que andemos todos mirando arco iris y viendo rosa todo el tiempo, pero con la reflexión y no solamente el paso del tiempo, que eso nos ayuda muchísimo a tal vez darle un significado distinto a eso que en un momento nos dolió, o nos hizo sufrir, entendiendo que el sufrimiento, por más que suene fuerte, sobre todo el dolor, es muy importante para mí.
La reflexión nos enseña muchísimo, creo que darse ese espacio es muy importante, aunque sea en esta época del año, o también entender que hay un 2 de enero, que esto sigue también con el cumplimiento de metas, de objetivos, el contexto pudo haber cambiado nuestra realidad, por eso mismo hay que ser flexibles, adaptarse y en este contexto es fundamental.
-Ya tenemos todo lo que nos pasó, entonces, ¿qué hago con lo que me tocó? ¿Nos aconsejas tamizar de alguna manera, quedarnos con lo bueno?
-Es difícil, lo malo ya está, si lo malo es bueno hacernos preguntas. Claro, ¿qué fue lo que pasó? ¿Qué tendría que haber hecho diferente? ¿Qué aprendí para la próxima vez que me pueda pasar una situación similar o una situación no elegida? Quedarnos con lo bueno tiene que ver con justamente la capacidad de resiliencia, no de poder decidir que bueno, elijo de todo esto. ¿Qué pasó? ¿Si elijo agradecer esta situaciones son muchas veces agradezco lo que no salió como esperaba, ojo me llevó muchísimos años, sí, el poder agradecer a lo que no esperaba y tal vez me sigue pasando de que lo tengo que trabajar mucho. Porque al principio, obviamente el dolor te puede atravesar, pero creo que el quedarnos no con esto.
-Hablaste en un momento del dolor, de una pérdida familiar o de un amigo, sin dudas eso duele. ¿Qué me aconsejas para poder lograr que menos termine mejor lo poquito que queda de este año?
-Yo creo que para todos los que hemos sufrido pérdidas y más que nada las pérdidas que solemos decir como antinaturales, uno está más preparado para que la ley de la vida se cumpla con un ciclo, pero cuando fallece nuestros padres o un hijo, no tiene nombre cuando fallece un hijo, pero para mí lo mejor que podemos hacer por quienes no están más con nosotros en este plano. honrarlos, y de esa forma también es aceptar lo que no podemos cambiar. Eso también nos permite vivir con mayor paz interior. Sé que muchas veces en el momento del dolor no lo podemos ver y es entendible. Por eso cada uno. Si bien el duelo tiene como un tiempo estimado, cada uno lo tiene que atravesar también a su manera, pero es importantísimo atravesarlo y valorarlo. Pero creo que honrar, eh a esas personas es lo que nos va a permitir convivir con esa situación de que la persona no está más, no es que se fue de viaje.
En algunas situaciones me han dicho como esas frases que me hacían dar más bronca todavía, porque no es que se fue de viaje, no va a volver. Entonces este el poder trabajarlo de una manera de bueno, aceptamos esto que nos pasó y honrar y hacer el ejercicio de perdonar y de pedir perdón a alguien que ya no está. Pero creo que es una buena forma de cerrar un ciclo, y no dejarlo ahí inconcluso o taparlo con otras cosas. Cuesta muchísimo, muchísimo años. Y a veces uno no puede también entender que todo lo que estamos mencionando puede ser que no lo podamos hacer solos y para eso existe la ayuda profesional.
Tal cual un psicólogo, un psiquiatra y que por favor deje de ser tabú. El asistir a tratar nuestra salud mental es fundamental, pero creo que es una buena manera de atravesar pérdidas.
-En un juego de imaginación tengo un lápiz, un papel o un bolígrafo, un cuaderno, el mismo teléfono y quiero empezar a proyectar mi vida para el año que viene, para el 2025. ¿Qué me aconsejas, por dónde empiezo? Por lo afectivo, lo familiar, lo laboral.
-A mí me gustaría dejar jugar al inconsciente, ver lo primero que se te venga, que te gustaría que pase en el 2025 con una cuota de realismo. Pero tal vez no es un plano que involucre un solo rol en tu vida. A veces te podés poner una meta como padre, como profesional, como hijo, puede ser algo totalmente abarcativo, puede ser que no tenga que ver con lo laboral la meta que te pongas.
Yo creo que lo principal que deberíamos tener como meta es saber, qué versión fui en el 2024. En este caso es en el 2025. Puedo ser una mejor versión, pero de mí no, de otro sí. Si me ocupo de mí, el otro es el otro y lo dejamos ahí. Que cuando quiera trabaje lo que tenga que trabajar. Entonces, para mí una meta sería. Es bueno revisar cómo fui en el 2024 y qué versión mejorada puede haber en el 2025. Pero después lo que cada uno quiera soñar, el límite lo ponemos nosotros. Las opciones las tenemos, hay que buscarlas. Obviamente que tienen un costo, pero creo que si dejamos de soñar o de tener aspiraciones o nos.
-En 2025 mejorar la relación con mi vieja o mejorar la relación con mi papá, es un buen objetivo.
-Es un paso a paso, cómo te darías cuenta de que lo estás haciendo, es como llevar indicadores que te den la pauta de que lo estás haciendo esté bien y que estás cumpliendo esa esa meta. Pero después para mí no hay límites. ¿Y qué hago primero? ¿Cómo haría yo o pienso que a ella no le va a gustar tal cosa? Tal vez nuestra ayuda al otro lo termina hundiendo, entonces siempre es importante preguntar, no siempre ayudar en que está bueno dañar.
-Cuando también termina un año está bueno, lo que se dice soltar, hablábamos antes de las pérdidas, soltar una pena o una ex pareja, ¿se tarta de soltar?
-Yo creo que todo lo que hay no aporte a nuestra vida, hay que soltarlo, hasta podría ser la alimentación que quieras cambiar, un hábito que obviamente quieras hacer, una limpieza relacional es un buen objetivo. En 2025 comer mejor, comer más sano, por ejemplo. Y esta también que leés, que escuchás, o sea, te estás nutriendo en todo sentido. Bueno, no solamente lo que comemos y lo que tomamos, con quién te rodeas. Si estas personas te nutren o te intoxican, entonces eso también es importante.
-El año que viene quiero ponerme como meta leer aunque sea un libro, pero tengo 50 años, entonces pienso, ¿voy a cambiar a esta edad mis costumbres?
-Esas son creencias que nos limitan. Si bien la neuroplasticidad está presente en nuestra vida todo el tiempo, no es que con la edad se pierde, son neuromitos. Entonces si lo querés hacer, el hábito lo va a seguir incorporando. El tema es cuando uno no quiere claro. Entonces, bueno, ahí cuesta muchísimo más. A lo mejor no querés hacer algo, pero por cuestión de salud lo tenés que hacer. Y ahí es buscar esa motivación intrínseca, no extrínseca. Sí, está bueno el sistema de recompensas que podemos utilizar cuando tenemos una hábito y lo queremos incorporar. Celebrar este logro. Hace una semana que no comiste harinas. No celebramos, no con harinas, no. Pero es importante que todo lo que quieras hacer, que lo planifiques, lo organices y pases a la acción.
-¿Cómo haces para cambiarlo?
-A veces puedo cambiarlo y a veces no puedo cambiarlo. A veces me doy cuenta más tarde del cambio y me sirve mucho la gratitud en esos momentos el ser agradecido y como emoción, la gratitud que tienen vibraciones. Las emociones son energía, nosotros somos energía, así que viviremos más alto. Entonces agradecer. Que estoy viva, Agradecer que estoy compartiendo un espacio con quienes quiero. Eso me ayuda mucho, a lo mejor a revertir un situación no siempre me sale claro y hay que ser pacientes con uno mismo.
-¿Y la autocompasión?
-La empatía hacia uno sí es importante para que esa autoexigencia que me ha acompañado gran parte de mi vida no me siga generando cosas negativas en mi salud. Por ejemplo, porque sí. Pero la gratitud ayuda mucho a cambiar un día.