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Santiago Morales: la historia detrás del hombre que cumple 50 vendimias

Es el chambelán de las reinas desde hace mucho tiempo. En esta nota cuenta sobre su experiencia y lo que más le gusta de la vendimia

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MDZ Sociedad jueves, 2 de marzo de 2023 · 09:03 hs
Santiago Morales: la historia detrás del hombre que cumple 50 vendimias
Vendimia Santiago "buenas ondas" Morales junto a la Reina Nacional de la Vendimia 2022 Natasha Sánchez Foto: Instagram

La primera vez que se subió al escenario como chambelán, Santiago “buenas ondas” Morales tenía 18 años. Desde entonces, como amante de la Fiesta de la Vendimia ha trabajado en su rol y lo defiende con alma y corazón.

En diálogo con MDZ Online Morales contó sobre su trayectoria, recordó algunas anécdotas y confesó qué es lo que siente al estar en el Frank Romero Day. Conocé su historia.

-¿Hace cuánto tiempo trabaja en vendimia como chambelán?
-Desde el año ‘72 y a partir del año ‘73 oficialicé mi participación como chambelán en el acto central de la Vendimia. La primera reina que llevé simbólicamente al trono fue Noemí Sebastianelli de Tunuyán, le entregó el mando Lourdes Ruiz de Las Heras. Después, Noemí le pasó los atributos a Stella Maris Laborde de San Carlos.

Por entonces mi vestuario era de paisano pero con el trabajo certero de colaborar con las damas para que brillaran en el escenario mayor.

-¿Cómo llegó a ocupar ese puesto?
-Por intruso, por querer figurar y darle una impronta a la Vendimia. Me gustaba ver películas europeas de reinas y reyes. Ahí veía que ellos tenían un chambelán y yo quise darle esa impronta, entonces me esmeré para que todos los años la fiesta tuviera ese toque distintivo y que se lucieran las soberanas.

-¿Qué es un chambelán y cuáles son sus funciones?
-Un chambelán es quien acompaña a la soberana simbólicamente tomándola de la mano, acompañándola con la capa, dándole el lugar que le corresponde, indicándole a la persona que colabora con ella para que ella se pueda lucir. 

El chambelán trabaja para que las reinas se luzcan. Foto: Gentileza

-¿Qué lo motivó a acercarse a la vendimia?
-La curiosidad. Yo era muy chico, cuando empecé no tenía noción de a donde iba a llegar esto. Yo le puse esa impronta porque quería darle un toque a la Fiesta de la Vendimia. Eso me motivaba a que cada año me perfeccionara, trataba de hacer los gestos que otra gente hacía para que la soberanas se lucieran. Es más que todo algo artístico, porque ellas merecen contar con esa parte protocolar.

-¿También se dedicó a bailar?
-Sí, empecé como bailarín folclórico, después contemporáneo y fui incursionando en la parte actoral. He hecho un mix, por decirlo de algún modo, pero al llegar a la parte de la reina ahí estaba yo vestido como corresponde para participar como chambelán no dejando de hacer lo que me gustaba.

Tengo que reconocer que Pedro Marabini, Guillermo Romero y Abelardo Vázquez fueron algunas de las personas que me ayudaron mucho, pero quienes le dieron la impronta de chambelán fueron Marabini y Romero. Después, otros directores como Alejandro Grigor, Héctor Moreno, Claudia Guzmán y Vilma Rúpolo me han dado el espacio y han creído en mi trabajo. Así que yo estoy muy agradecido con ellos y lógicamente con las reinas de mandato cumplido.

Para mí es un gran lujo y un gran honor mencionarlos porque de esto se trata: de reconocer y mirar para atrás, de dónde vengo y el lugar que hoy ocupo. Voy a cumplir 50 años como maestro de ceremonias y tengo 400 vendimias departamentales.

Desde el año '72 que participo de las vendimias departamentales. En esos años los festejos se hacían los días viernes o sábado. Yo viajaba por mi cuenta, me pagaba el boleto y de vez en cuando, si es que algún amigo iba para aquel lugar, me llevaba. Yo trataba de hacer lo mejor en poco tiempo. Cubría a razón de ocho, nueve o diez fiestas entre enero y febrero. Así que estoy muy orgulloso.

Santiago Morales lleva 50 años como chambelán. Foto: Prensa Mendoza

-¿Qué le inspira a volver al Frank Romero Day después de 50 años?
-Para mí es un honor y un orgullo porque es un eslabón importante el que he creado, un personaje que yo mismo formé y le di esa impronta. El vestuario que yo uso lo hago para que las reinas se sientan realmente reinas y vean que pueden lograr sus sueños. 

Yo también he pedido mucho para que los sueños se me realicen y el teatro griego es magia. Yo siempre le pido permiso a los duendes del vino para estar con ellos porque hay muchos que he conocido, como así también reinas, que están en otro lugar espiritualmente.

-¿Qué sensación le genera estar sobre el escenario?
-Mucha adrenalina, emoción y, antes que nada, respeto. Esto me lo han dado los años, por eso lucho para que este lugar se mantenga. Lógicamente no voy a estar toda la vida pero estoy buscando legados para que continúen lo que traté de formar en el sentido de que las soberanas estén acompañadas por alguien y que tenga protocolo y glamour.

Yo conocí a todas las reinas, inclusive a la primera soberana. Cuando se festejaron los 50 años de Vendimia Pedro Marabini trató de convocar a todas las reinas de mandato cumplido y conocí a muchas soberanas.

-¿Qué es lo que más le gusta de la Vendimia?
-El folclore que tiene, porque es una tradición, es algo nuestro, es una de las vendimias más preciosas a nivel mundial. 

-Una de las cosas más destacadas de su presencia es el traje que usa: siempre impecable y llamativo. ¿En qué momento empezó a usarlo y qué tan importante es para usted?
-Mi primer smoking lo usé en la década del ‘80. Después, en la década del ‘90 comencé a usar ropa con más brillo y a partir de los 2000 ropa brillante.

Para Santiago "buenas ondas" su vestuario es muy importante. Foto: Gentileza

-¿Qué es de la vida de Santiago Morales fuera del escenario? 
-Me dedico a trabajar en eventos interculturales, soy director creativo de propuestas culturales al aire libre y tengo una empresa de sonido e iluminación.

-Por último, con 50 años de Vendimia debe tener muchas anécdotas, ¿podría comentar algún recuerdo imborrable? 
-Sí. Por ejemplo, con Marinés Babugia (la reina de la Vendimia de 1997) nos compramos el Teatro Griego Frank Romero Day. Ella tenía que salir a escena, entonces íbamos caminando por la escalera, se apagó la luz y nos caímos. ¡No nos podíamos parar de la risa que nos causó! Era reírnos y reírnos, hasta que nos agarramos la mano bien fuerte, respiramos hondo, nos paramos y justo se prendió la luz (risas).

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