¿Qué hacer con "La Pureza" decapitada?
Buscaron su cabeza, separada del cuerpo hecho con mármol de Carrara, en agosto de 2015.
La escultura italiana de mármol de Carrara denominada "La Pureza" fue comprada en 1923 el por entonces ministro de Obras Públicas del gobernador Carlos Washington Lencinas, Leopoldo Suárez, en uno de sus viajes a Buenos Aires. Así lo contó la historiadora Patricia Favre, es su libro "Escenarios del poder". Cuando la instalaron en El Rosedal del parque San Martín tenía cabeza. Fue decapitada en agosto de 2015.
Si bien ahora intentan señalar que fue "víctima de la reciente remodelación del Parque", vale señalar que no, que el acto vandálico ocurrió sobre el final de la gestión anterior y causó indignación en uno y en otro.
La obra llegó a Mendoza en setiembre de 1923 junto con una fuente y un banco. Las tres obras son de la Casa Harrod’s, talladas en mármol de Carrara y le costaron a las arcas provinciales 4.767,50 pesos. En detalle, "La Pureza" es un conjunto formado por una estatua -una figura femenina desnuda inclinada hacia adelante recogiendo agua del estanque con una ánfora- y un pequeño estanque en forma de concha, obra del artista florentino A. Belli.
"La representación retoma motivos clásicos del arte antiguo: la asociación de Venus con el agua, el ánfora y la concha, ampliamente difundidos mediante nereidas y náyades de fuentes a lo largo de la edad moderna. Estas ninfas de las aguas, por su delicadeza y refinamiento, han sido consideradas como la quintaescencia del arte", explicó la investigadora en su libro.
El hecho generó acciones concretas para tratar de hallar la cabeza. Algunos dicen que puede estar en el fondo del Lago del Parque. De hecho, el secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, relató ante la consulta de MDZ que "la estuvieron buscando los Bomberos de la Policia, inclusive usando un sonar". No la encontraron.
¿Debe restaurarse? Los actores culturales están divididos: restaurarla poniéndole una cabeza o dejarla así, como está.
Y también hay otro debate: el Gobierno plantea la posibilidad de sacarla del Parque y llevarla a un museo, para preservarla, atentos a su valor patrimonial y reemplazarla por otra obra, que esté completa. Pero los debates no se han saldado y, por lo tanto, alguien deberá tomar una determinación política.
Pero la cuestión de vincular arte, aire libre y paseo público, en el lugar más integrados de clases sociales que existe en Mendoza no se agota en lo que nos heredaron los hacedores del pasado. Está la idea de las autoridades de Ambiente de avanzar junto con Cultura en un concurso para conseguir y colocar en algún sector esculturas de artistas contemporáneos, capaces de sobrevivir a la intemperie.
Esto le daría, sin dudas, nuevos aires al Parque y además, alentaría a la producción artística en una provincia en donde hay muy valiosos escultores, de talla nacional e internacional.
Por lo pronto, ya pueden observarse intervenciones artísticas sobre árboles que han muerto y fueron transformados en sillones. "Habrá más, mucho más", prometen desde Ambiente, mientras tratan que nada ni nadie pierda nunca más la cabeza por estar en tan bello paseo, al alcance de todos.