Preocupación

El polo comercial de la Sexta Sección desolado y atemorizado por la inseguridad

Luego de un brutal asalto registrado esta semana en la calle Suipacha, salió a la luz la inseguridad que viven vecinos y decenas de comerciantes de este sector de la Sexta Sección. Testimonios.

Ariel Cubells
Ariel Cubells sábado, 29 de julio de 2023 · 07:02 hs
El polo comercial de la Sexta Sección desolado y atemorizado por la inseguridad
Calle Suipacha de la Sexta Sección, con mucho movimiento todos los días Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Desde una armería, pasando por una veterinaria, una casa de sanitarios o una parrillada, y hasta un club de básquet con gimnasio incluido. Todo convive en poco más de 100 metros en la calle Suipacha al 300, corazón de la Sexta Sección de la Ciudad de Mendoza. Estos comerciantes fueron testigos en la tarde noche del miércoles de un violento robo que tuvo como víctima a uno de sus vecinos, de 74 años, a quien en su casa lo ataron y le sacaron 30.000 dólares y euros. Este caso de inseguridad, para nada aislado, fue el disparador para que los residentes de la zona relataran la desoladora realidad que viven por el accionar de los delincuentes. 

MDZ recorrió el lugar y charló con la gente, que, aunque prefirió resguardar su identidad, no disimuló su preocupación por los hechos que padecen a diario, en este verdadero polo comercial. 

"Estamos muy inseguros, desde hace bastante tiempo. En nuestro caso (en referencia al negocio que atiende), optamos por cerrar más temprano para que no nos agarre la noche trabajando", contó una joven, que también recordó cómo hace algunas semanas evitó-solo por valiente-que un  ladrón le llevara un carro con mercadería. 

"Lo vi justo y decidí perseguirlo por la vereda; parece que se asustó y dejó todo", explicó. 

FOTO: ALF PONCE MERCADO/MDZ

El asalto al jubilado de esta semana, pasadas las 20 del miércoles, claro que no fue algo atípico. Un hombre del barrio marcó que el martes en la noche, un día antes, pasaron y actuaron malvivientes por una rotisería, a apenas 50 metros de la vivienda del señor que ataron. 

También el miércoles, aunque a unas cuadras pero en la misma Sexta Sección, el candidato a intendente de Capital Hugo Laricchia atrapó en la vía pública a un malviviente que acababa de abordar, junto a otros dos sujetos, a una mujer. 

"La inseguridad es cosa de todos los días. Hay un montón de comercios en esta cuadra, y estaría segura que a todos les ha pasado algo. Hace un mes - el16 de junio en la calle Rufino Ortega- en la Quinta Sección casi matan a una señora para robarle; después de eso aparecieron los preventores por acá y había más control, pero duró apenas unas semanas nada más", expresó una vendedora. 

La esquina de Olascoaga y Suipacha. FOTO: ALF PONCE MERCADO/MDZ

La situación de los rondines transitorios se reitera ahora, y durante estos días en calle Suipacha se ha visto a dos efectivos policiales caminando por el sector. 

Y que prácticamente la totalidad de los trabajadores ha sufrido la inseguridad en esta parte de la Sexta, lo corroboran varios. "Han robado en Anzorena (club de básquet), en el gimnasio, en el salón de pilates... en todos lados. Al muchacho de la parrillada le llevaron sillas de la vereda", contó una de las víctimas de uno de los episodios de este último tiempo. 

El club y un local gastronómico al lado. FOTO: ALF PONCE MERCADO/MDZ

Es que no solo los hechos son asaltos o robos violentos, sino también arrebatos sorpresivos. "A nosotras nos han sacado teléfonos del escritorio. Entran como clientes, y en un descuido te agarran algo", detalló una mujer en su local. 

"Los vendedores ambulantes a veces también son peligrosos. Los dejás entrar, y en algunas oportunidades nos han robado. O hasta hemos visto gente que usa a los niños, los hacen pedir, y una vez que abrís la puerta, entran todos", añadió. 

La inseguridad se repite en esta zona tradicional de la Sexta Sección, y entre los comerciantes no hay otro tema de conversación por estas horas. A los delincuentes no los frena ni siquiera la exposición que puedan tener ante tanto movimiento y flujo de clientes que concurre a diario. La preocupación crece y las víctimas se sienten desoladas y atemorizadas.

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