Educación

Cédula escolar: hoja de ruta clave para armar el rompecabezas de cada alumno

Aunque la tecnología actual permite contar con amplia información de cada estudiante, las provincias siguen con su propia metodología y estrategia para recolectarla. Aprobada por ley, la Cédula Escolar Nacional tiene como objetivo sistematizar todos esos datos sueltos y ser un GPS fundamental para garantizar el seguimiento dentro y fuera de las aulas. 

miércoles, 1 de mayo de 2019 · 13:53 hs

Las leyes, los circuitos administrativos y la tecnología están disponibles, sin embargo todavía no se logra un registro único para el seguimiento de los alumnos. No sólo en cuanto a su rendimiento escolar sino también en aspectos básicos como su salud, su estructura familiar y las condiciones de su hábitat. Información clave para que en manos de especialistas se pueda analizar, entender, contener y, sobre todo, brindarle ayuda a chicos potencialmente vulnerables.

Hoy que nuestros datos personales fluyen sin frenos por el universo virtual y los algoritmos nos sacan la ficha con más precisión que cualquiera de nuestros conocidos, paradójicamente sabemos poco y nada de los más chicos, salvo que uno de cada dos son pobres. Hablamos de unos 4,7 millones de menores de edad cuyos padres no cuentan con ingresos suficientes para vivir. De ese número, el 11,2% tiene problemas de alimentación, lo que explica que muchos de ellos asistan a la escuela antes que nada para comer, no por hambre de conocimientos.

Si datos tan obvios no forman parte de ese registro único, nos estamos perdiendo información clave de un niño o adolescente que explique el porqué de su bajo rendimiento, las reiteradas inasistencias o, peor aún, su deserción definitiva.

En enero de este año se promulgó la ley 27.489, basada en un proyecto del senador mendocino Julio Cobos, que crea el programa Cédula Escolar Nacional (CEN). A través de este instrumento se busca ese registro único que hoy falta, apuntando a un abordaje integral de los alumnos que ayude a analizar, diagnosticar, detectar dificultades, abordarlas interdisciplinariamente y trabajar en políticas o acciones puntuales que contribuyan a resolverlas.

Un estudio del Observatorio Argentino por la Educación analizó los sistemas de información educativa en el país revelando que, según datos de 17 provincias (las únicas que respondieron al sondeo), una de las características que más se destaca -negativamente- es que no todas las provincias cargan datos en forma digital, otras tienen sus propios sistemas e incluso hacen lo suyo con distintos parámetros.

Entre la falta de información, la heterogeneidad de sistemas y las estrategias "a medida", lo que queda es un hueco más que significativo que en definitiva impacta en una menor capacidad de respuesta ante las necesidades de los niños.

Qué, cómo, quiénes, dónde

Lo que plantea Cobos, en obvio plan de apurar la implementación de la Célula Escolar Nacional, es que "Argentina no cuenta con un sistema digital integral de información que permita saber algo tan simple y necesario como quiénes están en la escuela, quiénes no y por qué. Si no sabemos esto, mucho menos otros datos vitales como calendario de vacunación al día, nutrición, etcétera".

Precisamente la CEN vendría a cubrir este agujero operativo. En Mendoza, el programa Protección y Orientación del Derecho a la Escolaridad (PODEs) va más o menos en el mismo sentido. Surgido del esfuerzo mancomunado de la DGE y el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes, su fin es luchar contra el ausentismo escolar como amenaza tangible a los derechos de niños, adolescentes y jóvenes. Frente a esta realidad, el Estado debe incluir y sostener a todos los alumnos dentro del sistema educativo.

La Dirección General de Escuelas pretende que la CEN se complemente con el sistema GEM (Gestión Educativa Mendoza), el cual se utiliza desde mediados del año pasado como principal vía entre el gobierno escolar y las escuelas para hacer circular con fluidez la información de docentes y alumnos. En ambos instrumentos el objetivo es el mismo: mantener a los chicos en las aulas.

La conclusión más obvia es que si existiera coordinación entre todas las provincias (misión indelegable del Ministerio de Educación de la Nación), la célula escolar resultaría el principal GPS de la situación de los niños en edad escolar y así se podría actuar en consecuencia.