Mercados

Los nervios, otro jugador clave en el mercado electoral

En el #Wok de hoy: La tensión se instaló en los partidos, los mercados y la gente + Los efectos de la crisis se traducen en una guerra de nervios que involucra tanto a los precandidatos como a sus satélites + En un contexto donde ningún número cierra, la incomodidad es un estado contagioso + La industria farmacéutica lo puede certificar: la venta de ansiolíticos creció más del 40% en los últimos cinco años.

sábado, 13 de abril de 2019 · 12:29 hs

[ Maridaje / Musicaliza esta columna Nicolas Godin con Quartier Général ]

A su modo, el año electoral se hace sentir en los detalles y el trazo grueso. Aunque la gente esté, lógicamente, más preocupada en llegar a fin de mes que en seguirle el paso a los partidos y sus candidatos, en el ambiente se percibe la tensión que destila la troupe política en lógica sintonía con la candente temperatura social.

La indefinición de los principales liderazgos, ya sea porque Cristina demora/madura su candidatura presidencial o porque Macri no deja de derrumbarse en las encuestas y la consideración general, alimenta una guerra de nervios que ni los más zorros en estas lides logra disimular hoy por hoy.

La profunda crisis que afecta al país indefectiblemente lo tiñe todo y no hay decisión que se tome, declaración que se haga o especulación electoral que se plantee, que no tenga ese inquietante marco de fondo. 

Las consabidas promesas en tiempos de urnas son, bajo estas condiciones, muy difíciles de sustentar. El descrédito y la desconfianza cunden casi por igual en pobres, clase media (o un cuarto, en realidad) y sectores altos, lo cual no da -a diferencia de elecciones anteriores- margen para prometer soluciones mágicas para el ansiado despegue de la Argentina.

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Caso sintomático, el de Gerardo Morales. El gobernador de Jujuy pidiéndole al asesor presidencial, Jaime Durán Barba, que cierre la boca o se presente como candidato, revela una punta de la tensión interna de Cambiemos. O Marcos Peña pidiéndole a los candidatos bonaerenses que "sean más vietnamitas", equiparando a la campaña con una guerra a largo plazo que va más allá incluso del día de la elección. Como parte de su afiebrada estrategia, el Jefe de Gabinete también propuso salir a cazar indecisos  incluso en grupos privados de WhatsApp.

Hasta la cúpula de la CGT, que desde el año pasado dejó de ser un triunvirato por la renuncia de Juan Carlos Schmid, es una caldera permanente por la sostenida presión del moyanismo y de aquellos gremios que quieren subir la apuesta con protestas más resonantes contra el gobierno.

Desde su habitual calma exterior, el resucitado Roberto Lavagna acerca chispas a la nafta: "Es evidente que Macri está nervioso, hay razones para que esté nervioso. El país está muy mal". El exministro se reúne con todos -desde Marcelo Tinelli a Martín Lousteau- y rechaza toda posibilidad de ir a una PASO. Quiere el cabeza a cabeza con los otros presidenciables, pero su único plan de gobierno supone apelar a su propia receta de hace 20 años. De ahí la desconfianza de incluso aquellos que lo impulsan como el salvador de la patria. 

Mientras tanto, en ese universo paralelo que es el peronismo, los que sobran son caciques a los que no se les cae de la boca la palabra “unidad”, aunque ésta siempre vaya con letra chica que dice “a mi medida”. Lo que implica que a la vuelta del camino lo más realista, el mal necesario, sea colgarse de Cristina o subirse al tren de Lavagna.

Por casa, el panorama partidario se muestra menos agitado en la superficie pero con fuertes negociaciones hacia adentro y sorpresas en ciernes que sumarán más nervios a la taquicardia de unos cuantos. En ese contexto, José Luis Ramón, quien -guste o no- suele sacudir las formas de hacer política en la provincia, les hizo una propuesta a sus contrincantes que debería sacarlos de su zona de confort. El precandidato de Protectora para la gobernación, quien finalmente no cerró alianzas, invitó a De Marchi, Fernández Sagasti, Suarez, Barbeito, Bermejo e incluso a Rodolfo Gabrielli a confrontar ideas. En realidad, el convite para el 21 de abril es otra forma de visibilizar la guerra de nervios de unos y otros, porque cada uno de estos precandidatos tampoco tiene todos sus frentes cubiertos.

Como síntesis de la inquietud que trasunta todo lo electoral, también se hace notar el nerviosismo del mercado financiero ante la incertidumbre de quién será el próximo presidente y especialmente qué decisiones económicas estará dispuesto a tomar.

Todavía queda tiempo para pasos al costado sorpresivos, alianzas impensadas y traiciones estratégicas que conformen el mapa definitivo para llegar a las urnas. En este escenario, lo único que parece estar asegurado es el aumento en el consumo de ansiolíticos y las saludables jornadas de spa. 

#ElResaltador

Ecos del laboratorio electoral

  • "Durante las campañas electorales, las redes sociales son el laboratorio natural para analizar la polarización política. Cuando lo usuarios tienen un posicionamiento político muy fuerte y son interpelados con noticias que coinciden con sus creencias, crece posibilidad de que esa noticia sea propagada (retuiteada) más rápidamente que aquella que se contradice con su pensamiento. La noticia falsa no depende de cuán buena sea, sino del nivel de propagación que alcance. Es decir, de la cantidad de veces que se retuiteada en las redes... Las noticias falsas no modifican las ideas de quienes están más involucrados políticamente con un tema. Pero sí pueden tomar desprevenidos a aquellas personas que no tienen mucho conocimiento sobre el asunto en cuestión. La creación de noticias falsas sucede en cada campaña, pero no solo encuentra lugar en ese contexto... Sin embargo, la campaña electoral es el espacio más propicio para que circulen las fake news".

[ Natalia Aruguete, investigadora del Conicet ]

#Solapa

Cómo mueren las democracias, de Steven Levitsky | Daniel Ziblatt (Ariel, 336 páginas, $589)

  • La aparición de distintos ejemplos de populismo en diferentes partes del mundo ha hecho salir a la luz una pregunta que nadie se planteaba unos años atrás: ¿Están nuestras democracias en peligro? Los profesores Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, de la Universidad de Harvard, han invertido dos décadas en el estudio de la caída de varias democracias en Europa y Latinoamérica, y creen que la respuesta a esta pregunta es que sí. Tras años de investigación, los autores revelan un profundo conocimiento de cómo y por qué mueren las instituciones democráticas. Un análisis alarmante que es también una guía para reparar una democracia amenazada por el populismo.

#Tuiteado