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Llegó el momento de las definiciones

Los movimientos políticos de la Casa Rosada y de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires aceleraron los tiempos y llega la definición: Mauricio Macri le pidió que no lo haga, pero Alfredo Cornejo separa su suerte política de la del presidente y llamará a elecciones desdobladas de la Nación. Junto a esto se define el nombre del candidato. Rodolfo Suarez tiene una luz de ventaja sobre Martín Kerchner, pero la hiperlealtad del ministro y algunas cualidades que Cornejo ve en él todavía lo mantienen con expectativa.

domingo, 3 de febrero de 2019 · 16:59 hs

Alfredo Cornejo estaba listo el miércoles por la tarde para que su coche oficial lo trasladara a una de sus actividades preferidas: ir a ver a Godoy Cruz. Y en este caso frente a River, además.

Pero la satisfacción por lo que le esperaba de repente se transformó en una mueca de preocupación. En su teléfono sonó la alerta de una noticia que no lo sorprendió del todo, pero que le metía ruido a su estrategia electoral.

De lo que se estaba enterando el gobernador en ese momento era de la decisión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de seguir los pasos de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y  unificar las elecciones en sus distritos par  atar así sus destinos políticos al de Mauricio Macri.

“Es un error”, masculló Cornejo cuando vio en su pantalla la confirmación de lo que el mismo había hablado con el presidente hace unos días nada más. Como se dijo, la novedad no lo sorprendió, más allá de que en el seno de Cambiemos el mendocino y sus pares bonaerenses habían decidido fijar un plan de acción común durante febrero.

Tan fanático del Tomba como del análisis político, Cornejo apuró un pensamiento crítico con la atención de quienes lo rodeaban en ese momento en su despacho: "Se quedaron sin agenda política desde la cumbre del G20, tenían que salir con algo", soltó.

Pero para sí, la reflexión fue un poco más profunda. La unificación de las elecciones provinciales con las nacionales en los distritos gobernados por el oficialismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, lo pone a Cambiemos ante un riesgo innecesario en las presidenciales  y asimismo lo priva al presidente de triunfos provinciales previos que dotarían de cierto optimismo al electorado dispuesto a apoyar la reelección, pero que está muy enojado por la situación económica.

Algo así le expresó el gobernador a Macri cuando hablaron no hace mucho de este tema. "¿Vos no crees que triunfos nuestros antes de tu elección no te pueden ayudar?", le preguntó Cornejo al presidente con la atenta mirada del jujeño Gerardo Morales, quien también está decidido a desdoblar los comicios en su provincia.

-Sí, puede ser, fue la corta respuesta presidencial, antes de comprometerse a resolver ese problema más adelante.

Salvo que el diablo meta la cola, en días  finalmente Cornejo dará a conocer el cronograma electoral y este incluirá el desdoblamiento de las elecciones provinciales (además establecidas por ley) para que los cargos a gobernador, intendentes y el resto se voten en junio y septiembre.

El plan original era esperar hasta marzo, pero los acontecimientos de la última semana anticiparon todo.

¿Por qué Cornejo insistirá con desdoblar independientemente de lo que definieron Vidal y Rodríguez Larreta? Por varias razones.

Una de ellas es que, más allá de que Macri pidió por la unificación, la presión de la Casa Rosada no fue tan contundente.

El otro es que el mendocino entiende que el "efecto arrastre" de los gobernadores en las provincias con muchos menos electores que la provincia de Buenos Aires será de alcance limitado, porque la cuestión económica nacional jugará un rol fundamental en la elección.

Y aquí está el argumento clave para separarse. Cornejo está seguro de que, si bien habrá una relativa calma en los mercados y en la fluctuación del dólar en 2019, los efectos en la reactivación del sector productivo serán menores. Y sobre todo está convencido de que, cuando llegue el momento de votar, no existirá en la gente la sensación de una recuperación en sus bolsillos.

Con este panorama Macri sigue barranca abajo en las encuestas en Mendoza. Apenas supera el 25% de imagen positiva (en octubre de 2017 llegó a tener más del 50%) y en enero esa caída se agudizó con un leve repunte entre los mendocinos de la imagen de Cristina Kirchner.

En paralelo con el anuncio del cronograma electoral, se dará a conocer el nombre del candidato a gobernador. Según se supo, aquí Cornejo se mueve con algunas seguridades menos. Ya lo saben los intendentes oficialistas que serán convocados para tomar una decisión final, pero para muchos el nombre del delfín ya está "in pectore".

Rodolfo Suárez y Martín Kerchner a esta altura ya se mostraron parecidos en un tema clave: los dos son garantes de la continuidad de las políticas troncales de Cornejo. De Kerchner no hay dudas, forma parte. Pero Suárez no perdió oportunidad en cuanta entrevista dio de repetir que respetará el legado.

No son muchos los puntos a tener en cuenta, pero existen cuestiones irreductibles. El ítem aula, por caso, las reformas en el Poder Judicial, como otro de los temas; y básicamente el compromiso del que venga de que no abandonará la política de reducción del gasto público.

En el sprint final, Suárez aparece con una luz de ventaja sobre Kerchner. Y no solo por lo que marcan las encuestas. El intendente de Capital suma algunos rechazos internos, pero no los suficientes como para que eso le quite el respaldo dentro de la UCR. A los ojos de quien va a decidir la historia, Suárez aparece como un dirigente con más equilibrio a la hora de gobernar que Kerchner.

Sin embargo el ministro de Producción tiene puntos a favor que no son menores. Uno de ellos es su ambición por llegar. El otro es la absoluta lealtad hacia Cornejo. Y se agrega un factor que podría volcar el resultado: de los dos, aparece como el más arriesgado a la hora de plantear nuevos cambios en caso de asumir, cosa que el gobernador dijo que valora.

De todas maneras todas las lecturas finas que se puedan hacer caen bajo una sola premisa: el candidato elegido será, en definitiva, quien resulte más dúctil para intentar ganar la elección sin sobresaltos.

Lo que genera preocupación (y no poca) es lo que hará Omar De Marchi. Hasta finales del año pasado, el Gobierno estaba convencido de que el intendente de Luján buscaba posicionarse mejor en la interna de Cambia Mendoza para obtener algo a cambio sosteniendo una candidatura. Pero con el correr de las semanas el referente del PRO en la provincia nunca negoció nada.

¿Se presentará el lujanino a competir en la PASO envalentonado por su buena perfomance en las encuestas? Por ahora todo indica que sí, aunque tendrá una batalla dura en esa interna contra el aparato de los radicales y la campaña que estará encabezada por el propio Cornejo. Y sobre todo tendrá que salir adelante en un contexto en donde estar tan ligado a Macri no resulta del todo bueno.  

De Marchi está jugando también con el coqueteo de Julio Cobos. Hoy el senador nacional está más dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para complicarle la vida a Cornejo, más  que a presentarse nuevamente como candidato a gobernador.

Cleto adolece de un problema: si gana ¿con qué equipo gobernará? Será muy difícil para él abrevar en otros dirigentes que no sean los que hoy están trabajando con esta gestión.

Pero Cobos es así. En esta etapa de su carrera política (muy opacada por el escándalo de la designación fallida de su pareja en la Justicia Federal) oscila entre las cuestiones personales contra el gobernador - a quien responsabiliza por la difusión de aquel episodio de 2018-  y el empujón que le da un entorno

(cada vez un poco más chico a decir verdad) que es el que por lo general lo entusiasma a presentarse en cada elección de este tipo.

Un tema a resolver es quién será el candidato a vice. Hoy la lógica política indica que el oficialismo no podrá eludir del reclamo para que sea una mujer quien acompañe a Kerchner o a Suárez. Cornejo lo sabe, aunque en la puja interna cualquiera de las posibles candidatas están en la nómina de las dirigentes que le son leales a él.

Pero no hay que abandonar la alternativa del hombre. Y que este sea Mario Abed, el intendente de Junín. Ya el propio Abed se encargó de repartir públicamente que está dispuesto a acompañar a cualquiera de los dos candidatos. Su apuesta tiene un puñado de sustentos. Uno de ellos es un dirigente con buena llegada al sector productivo que hoy acumula una lista de reclamos contra el gobierno provincial. Pero también Cornejo sabe que de cierta manera está en deuda con Abed, luego de que pasara a ser uno de los daños colaterales de la bomba que lanzó contra los intendentes del PJ a quienes lo jubiló con la promulgación del artículo 198.

Cornejo se quedó con muchas cosas luego de su paso tan recordado por el kirchnerismo. Pero algo optó por dejar de lado de aquellas prácticas: siempre se consideró buen pagador en materia de favores políticos.