Babasonicos presentó "Romantisísmico" en Mendoza

“El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo” dice el refrán. Bueno el tema acá es que los Sónicos saben por viejos y por diablos. Para comenzar, hay que decir que hace un par de semanas fue el lanzamiento oficial de su último disco “Romantisísmico”, otro gran disco de su etapa post-Jessico (el disco de quiebre musical) cargado de baladas, muchas guitarras y letras que van siempre más allá que una simple historia de amor.

Babasónicos es una de las pocas bandas que logró cambiar cuando debía hacerlo, y en cuanto vio que su público estaba cambiando, cambiaron ellos para bien. Punto para ellos. Es por esto que un recital de hoy es muy diferente a los de la época de “Dopádromo” o de “Babasónica”, mucho público femenino, mucho grupo de amigas, poco adolescente descocado de Rock. Pero en cierto sentido, es a esto a lo que apunta la banda. 

La noche del 28 en Mendoza no fue la excepción, y como siempre, vimos a una banda que se entrega al máximo en cada show. Se corre el telón y los liderados por Dárgelos nos entregan Romantisísmico de pe a pa, intercalándolo con todos sus hits, aunque a esta altura parece que todos los temas de Babasónicos son hits de alguna manera. Y, sorpresivamente, después de las hipercoreadas “Fiesta Popular” e “Irresponsables”, Adrián entre risas y sensualidad desliza el nombre de “Patinador Sagrado” aquel mega hit de su disco Trance Zomba, en donde Adrián y su hermano Diego rapean por todo el escenario: un tema que no tocaban en vivo hace ya un tiempo. Otro punto para ellos. 

Los hits siguen y le llega el momento a “Los Calientes”, “Flora y Fauno” y “Cuello Rojo”. Y aquí viene lo que todos los fans old schoolesperaban. Se abre la frontera y aparece “Desfachatados” a tres guitarras, gracias a la colaboración de Carca, que se hace cargo de cuanto instrumento encuentre para dejarle el bajo a Luchi Camorra, seguido por dos joyas ocultas en alguna tienda de vinilos: “Malon” y “Koyote”. Adrián se ríe y “Vamos a ir bien abajo, ya van a ver…”, el público femenino se mira desconcertado. Punto para Babasónicos.

Es después de esto que los oriundos de Lanús no arman bien su setlist. Y repasan sus últimos 10 años. Si bien los discos post-Jessico son igual o mejores que los discos Pre-Jessico, el sonido en vivo de todos estos temas cansa un poco y les falta consistencia. -1 para Babasonicos.

Llegan grandes temas como “Como eran las cosas”, “Tormento”, “Las Demás”, la híper-radial y mega-cantada “Putita” y su más reciente hit “La Lanza”. Párrafo aparte merecen “El Ídolo” y “El Colmo” dos canciones que sin ser de sus principales hits, son himnos que la gente hace propios en vivo. Y gran parte de esto es gracias a ese trovador sónico que es Dárgelos cuando escribe. “Canción llévame lejos…” y “Cuaaaando yo me muera…” son las dos frases más coreadas de la noche y las encargadas de dejar afónicos a más de uno. A esto le sigue el enganchado de “Carismático” y “Yegua”, y se van, dejando un poco de gusto a nada.

Vuelven, y muchos suponíamos que la potencia sónica que necesitábamos iba llegar. No fue así. Una vez más la selección de temas dejo que desear. Si bien nos entregan “Negrita” que es uno de los puntos más altos de Romantisísmico, con grandes frases como “Economía de un te quiero…", les falto energía y consistencia para sostener un show que deja a gusto a todos, porque si de algo se ha encargado la banda, es de llenar de hits la última década. Llega el momento de “Deshoras” que prácticamente pasa desapercibida. Cuando todo parecía perdido, y la fe babasónica se diluía en una mala selección de temas, llega “Sin mi Diablo” su himno al descontrol, y pone a todo el Ángel Bustelo a correr detrás de dealers, mujeres y excesos. Un alivio. Dan en la tecla con el final.

Se van y como siempre nos dejan queriendo más. Adrián se ríe de su público y coquetea siempre al límite de sus posibilidades, y, como dijimos, saben por viejos y por diablos, por eso a pesar que no haya sido su mejor show, los queremos de más. Punto para nosotros.