Para interiores, cómo cuidar un potus para que crezca perfectamente

Si entre las plantas de interior que resguardas en casa tienes un potus, entonces conocerás su belleza y posiblemente, sepas cuáles son sus demandas diarias. Pero en el caso de que tengas algunas dudas respecto de su mantenimiento o todavía no consigues una de ellas, entonces podrás tener en cuenta esta guía sobre los cuidados fundamentales del potus, para poder disfrutarla en el jardín.

La creación del jardín implica dedicación y la atención suficiente para que se desarrolle con naturalidad y del mejor modo posible. Y para que eso se concrete, es preciso tener en cuenta cuáles son las pautas de cuidados de cada una de nuestras plantas. En esto, tendrás que regular la cantidad de agua con la que riegues, cambiarlas de lugar o realizar una poda cuando sea necesario, dependiendo de qué sea lo que estas necesitan.

En el caso del potus, debes saber que se trata de una planta de interior de fácil mantenimiento siempre que le des los cuidados más básicos. La misma, proviene de Asia y tiene hojas acorazonadas perennes de un verde brillante y llamativo. Cuenta además con raíces aéreas que se aferran a ramas de árboles o a otras superficies.

Ubicación

En primer lugar, tendrás que saber cuál es el mejor lugar para tu potus. En tal sentido, lo mejor es un espacio del jardín donde reciba luz de forma indirecta. Es por esto que un buen espacio para colocarla, es en los interiores de la casa, cerca de una ventana, de manera que los rayos del sol lleguen filtrados y no quemen las hojas.

Temperatura

En relación a esto, el potus reclama temperaturas templadas, dado que no tolera heladas ni exceso de temperatura. Asimismo, donde sea que la coloques, procura que no esté expuesta a corrientes de aire.

Riego

Por otra parte, el potus necesita mantener el sustrato húmedo. Para ello, necesitará que los riegues una vez a la semana o bien cuando veas que la tierra está seca. Asimismo, no permitas que quede encharcado y asegúrate de que el sustrato tenga buen drenaje, dado que el agua estancada podría podrir las raíces.