Cómo limpiar objetos de bronce sin estropearlos

El bronce es una de las aleaciones más utilizadas desde la prehistoria por el hombre. Se trata de un material de mayor calidad que el hierro por lo que está presenta en decenas de objetos que van desde herramientas hasta decorativos. Su limpieza debe hacerse con cuidado para no provocar rayas en la superficie, aprende a hacerlo.

A finales del IV milenio a. C, el hombre logró hacer sus primeros avances en la metalurgia al conseguir una aleación entre el cobre y el estaño de la que resultó el bronce. Este progreso fue tan significativo que terminó por asignarse Edad de Bronce a un periodo de la evolución de la sociedad.

Se lo utilizó durante siglos para construir armas, herramientas, esculturas y joyería. Con el tiempo, su gran versatilidad, permitió desarrollar otro tipo de elementos, como instrumentos musicales y fue muy utilizado para confeccionar las campanas de las iglesias más importantes del mundo entero.

Este material no se oxida, aunque desarrolla una pátina producto de las sales que surgen de su corrosión espontánea. Se trata de un proceso natural que no se puede revertir y se le ha dado el nombre de cáncer bronce.

Sin embargo, con una limpieza adecuada es posible recobrar el brillo y eliminar esos rastros durante un tiempo.

El vino blanco caliente es una de las fórmulas más efectivas para esta tarea. Solo es necesario calentar en un recipiente el líquido sin que hierva, sumergir la pieza que se desee limpiar y luego pulir con un paño que no produzca pelusas. El resultado es casi instantáneo.

Otra de las recetas consiste en formar una pasta con harina sal y vinagre blanco. Después es necesario colocar este ungüento con un paño sobre la superficie a limpiar con movimientos circulares hasta que la pátina desaparezca. Finalmente se tiene que quitar el exceso con una toalla de papel.