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Irán niega cualquier vínculo con el ataque a la mayor petrolera saudita

Con el mismo énfasis, el gobierno iraquí -uno de los pocos que en Medio Oriente es aliado de Estados Unidos e Irán al mismo tiempo- se desmarcó de los ataques de ayer, que frenaron la mitad de la producción de la petrolera saudita Aramco, y rechazó las versiones no oficiales que sostenían que los drones de los hutíes habían despegado desde su territorio

domingo, 15 de septiembre de 2019 · 13:05 hs

El gobierno de Irán negó hoy cualquier relación con los ataques de ayer de aviones no tripulados de la milicia hutí, un aliado suyo en Yemen, contra la mayor petrolera de Arabia Saudita, uno de sus mayores enemigos en la región.

Con el mismo énfasis, el gobierno iraquí -uno de los pocos que en Medio Oriente es aliado de Estados Unidos e Irán al mismo tiempo- se desmarcó de los ataques de ayer, que frenaron la mitad de la producción de la petrolera saudita Aramco, y rechazó las versiones no oficiales que sostenían que los drones de los hutíes habían despegado desde su territorio.

En 2015, luego que la rebelión de los huties lograra tomar control de la mayoría del país y expulsar al gobierno de Abdo Rabu Mansur Hadi, el principal aliado de éste último, Arabia Saudita inició junto a otros países de la región una campaña de bombardeos diarios e impuso un bloqueo total sobre el país, que terminó ayudando a provocar la peor crisis humanitaria del mundo en la actualidad.

Desde entonces, Arabia Saudita se volvió, en el conflicto armado, el principal enemigo de los hutíes, quienes iniciaron su propia campaña de ataques y bombardeos al país vecino con drones.

Al principio golpeaban con poca efectividad la zona fronteriza, pero con el pasar del tiempo -y se cree al obtener mejor tecnología- ampliaron su zona de impacto y su efectividad.

Ayer unos 10 drones bombardearon dos refinerías de la petrolera estatal saudita Aramco y provocaron incendios que, pese a haber sido controlados, forzaron a la empresa a reducir a la mitad su producción de gas.

Fue el segundo ataque de envergadura de los rebeldes yemeníes en menos de un mes contra instalaciones de Aramco, una empresa que las agencias crediticias Moody's y Fitch consideran la que más ganancias genera en el mundo, con un beneficio neto que estimaron en 111.100 millones de dólares en 2018.

El impacto económico y político de los ataques no será menor y, por eso, Irán, el principal aliado internacional de los hutíes, se apuró hoy a desvincularse de los bombardeos.

El vocero de la Cancillería iraní, Abas Musaví, sostuvo que la versión de Estados Unidos que vinculó a la República Islámica con los ataques "no tiene sentido" y las definió como "acusaciones ciegas" que no tienen ni "un mínimo de credibilidad".

"Este tipo de medidas se parecen más a los planes de las agencias de inteligencia para destruir la imagen de un país (Irán) con el objetivo de allanar el camino para llevar a cabo algunas acciones en el futuro", advirtió el vocero iraní, citado por la agencia de noticias EFE.

El gobierno iraquí, un aliado de Irán y Estados Unidos, también buscó esquivar las sospechas.

En un comunicado de la oficina del primer ministro, negó "lo que ha circulado por algunos medios y redes sociales sobre el uso de su territorio para atacar instalaciones petroleras saudíes con drones".

Además, ratificó "su compromiso constitucional de prohibir el uso de su territorio para la agresión contra sus vecinos, hermanos y amigos" y subrayó que "actuará firmemente contra cualquiera que intente violar la Constitución".

Pese a las desmentidas, el temor sobrevolaba hoy ante las eventuales consecuencias que tendrán los ataques de ayer para la guerra y la crisis humanitaria en Yemen y para la estabilidad de Medio Oriente en general.

"Estas acciones solo puede agravar las tensiones y el riesgo de conflicto en la región. Deben cesar imperativamente", exigió hoy el gobierno francés en un comunicado de su Cancillería y se sumó a los llamados de alerta que lanzó ayer también la ONU.