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"Amores que matan": ¿por qué un narcisista y una persona carente de afecto se atraen?

Patricia Faur, autora del libro "Amores que matan" explicó por qué una persona carente de afecto necesita de un narcisista y viceversa.

MDZ Radio
MDZ Radio sábado, 5 de junio de 2021 · 08:12 hs
"Amores que matan": ¿por qué un narcisista y una persona carente de afecto se atraen?

Patricia Faur, psicóloga y escritora, autora del libro Amores que matan estuvo en el aire de MDZ Radio y habló sobre cómo la infancia marca a una persona el resto de su vida, cuando de amores se trata. Además, detalló por qué un narcisista y un dependiente emocional se atraen.

En primer lugar, Faur aclaró que efectivamente la infancia nos marca a la hora de elegir vínculos el resto de nuestra vida. Sin embargo, hizo hincapié en eso de que "marca, en el sentido de que es una tendencia, pero no una fatalidad. Es algo que se puede cambiar". 

Aclarado esto, contó que en general las personas que tienen una dependencia emocional sienten un apego patológico, es decir que se apegan a una relación porque en su infancia han sufrido "apego inseguro". "No tuvieron una base sólida que les permitiera confiar en sí mismos y en las personas que los cuidaban, por distintos motivos".

Aquello, según la psicóloga, "genera una falta emocional que después se paga en la vida, de esta manera".

Un dependiente emocional, puede ser hombre o mujer, y es una persona muy carente en su autoestima. Pero "seguramente ella dirá que es valiosa, guapa, inteligente. Sin embargo, no se siente merecedora del amor, por eso que arrastra desde su infancia".

Estas personas, a su vez, "se ven fascinadas por personalidades narcisistas, ya que piensan: 'si este ser humano me elige es porque yo soy valiosa'. Y en realidad el narcisista no puede amar", dijo Faur.

La escritora comentó que el narcisista y el dependiente emocional hacen un "alcoyana alcoyana", porque "a su vez se da que el narcisista busca la idolatría de alguien, necesita que lo admiren, y un dependiente emocional ve como increíble a esas personas y está tan carente de afecto que a quien les dé un abrazo le suben el precio". 

Faur tranquilizó al concluir en que "hay un narcisismo saludable también, a todos nos gustan un poco los halagos".

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