Cuándo fue la última vez que tuvimos la oportunidad de tener una casa

Junto a nuestro columnista económico, Carlos Burgueño, analizamos cuál fue la última época en la que los jóvenes argentinos podían acceder a ciertos "lujos"; con su propio sueldo. Lo que describimos, en estos tiempos, para la mayoría de las personas jóvenes, es prácticamente impensado. 

"En esta época es inviable que los jóvenes piensen en la vida que llevábamos nosotros a los 20", compartió Carlos Burgueño su reflexión con el conductor del programa, Marcelo Arce. Desde esa premisa, Burgueño señaló que la última oportunidad que tuvieron los jóvenes de tener una casa propia, viajar y tener un auto con su propio sueldo fue durante los 90. También resaltó algunos años del 2000.

"Defendiendo técnicamente los 90, dejando de la lado lo político, la última vez que las familias argentinas pudieron comprar una casa, un auto y pensar en un futuro más o menos estable fue en los primeros 90", aclaró textualmente. "Después hubo otra época, ya con Kirchner en el Gobierno, después de la reestructuración de la deuda de 2005 hasta la crisis del campo de 2008, donde también se pudo pensar en algo as", completó.

Incluso un poco después de aquellos años, según recordó Burgueño. "La crisis internacional de 2009 la Argentina la enfrentó bien, las políticas de contención del país fueron buenas. Como no generaba deuda y tampoco tomaba, pudo contener mejor. Esa también fue una buena época, pero ya en esa instancia había dos generaciones de argentinos que no habían podido acceder a su vivienda", remató el especialista. Burgueño entiende que por eso los UVA tuvieron tanto éxito. 

Por otro lado, hoy el consumo también es distinto al de aquellos años: "Un joven invierte la mitad del sueldo en zapatillas", manifestó. "En los 90 un joven empezaba a trabajar y a los 6 meses tenías el dinero para irte de vacaciones a Nueva York, Miami o Brasil, con tus amigos y pagabas el pasaje en 12 cuotas", recordó el especialista.

"Eso también hizo que lentamente todo lo que tenía que ver con el mercado interno se fuera demoliendo. Viajar al exterior en aquel momento era casi una fiesta cotidiana", concluyó Burgueño.