La otra cara

Desgarrador testimonio de una médica católica acusada de homicidio

Una médica tucumana tuvo que realizar una aborto, pese a ser objetora de conciencia, y luego fue acusada de homicidio. Dijo que ella ejerció violencia obstétrica hacia mujeres que habían interrumpido su embarazo y no se lo va a perdonar nunca.

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MDZ Radio jueves, 10 de diciembre de 2020 · 15:49 hs
Desgarrador testimonio de una médica católica acusada de homicidio

En el programa No Tan Millennials hablamos con Cecilia Ousset, una médica ginecóloga que se define como católica practicante, pero que está a favor de la legalización del aborto por su experiencia como profesional de la salud en centros públicos y privados. Dijo que ella ejerció violencia obstétrica y no se lo perdonará a sí misma.

Ousset estudió medicina en la Universidad Nacional de Tucumán, su provincia de origen, y luego hizo los 4 años de residencia en el hospital Lagomaggiore de Mendoza. "Ahí es cuando vi las cosas más espantosas, que ocurren en todo el país: mujeres que abortaban en malas condiciones sanitarias, con agujas de tejer, perejil, manganato de potasio o que se compraban una pastillita de Misoprostol y dejaban todo a la mitad".

De aquellos años recuerda que atendían con la Policía al lado, "hacíamos la denuncia y maltratábamos a esas mujeres, yo ejercí mucha violencia obstétrica, porque es como que eso nos enseñaban". "La residencia tiene un método castrense y uno cree que es así", reflexionó.

Luego de esos 4 años, volvió a Tucumán, pero asegura que "no me voy a perdonar nunca la violencia obstétrica que hacíamos". Posiblemente hastiada de esa realidad, la doctora decidió trabajar medio día en un consultorio privado y dedicar el resto del tiempo a sus hijos. 

Sin embargo, "ahí vi la otra cara de una misma moneda: las mujeres con más recursos también abortaban, pero en esos casos ellas, con las que tenés relación, te dicen que quieren viajar al exterior, que tienen un máster afuera y que no pueden ir con un hijo y te piden abortar, esa y mil razones te dan". "¿Qué le decís? ¿Andá y que te ayude cualquiera?, no", ironizó al aire la ginecóloga.

Ousset dijo que en ese momento se dio cuenta de que todas las mujeres abortan, "pero en mejores o en peores condiciones sanitarias". "Esta inequidad social, este horror, es el que nunca me voy a perdonar. Ahí entendí que el aborto debe ser legal y que el Estado se debe hacer cargo de todo. Porque no puede ser que las mismas compatriotas terminen muertas porque se han puesto una sonda en el barrio", dijo.

Ousset: "Practiqué violencia obstétrica y no me lo voy a perdonar nunca".

Practicó un aborto y la imputaron por homicidio agravado

Si bien la doctora Ousset es católica y objetora de conciencia, tuvo que instrumentar un aborto por una situación extrema y la denunciaron. Todo comenzó en febrero de 2019 con Lucía, una chiquita de 11 años que aún tenía dientes de leche, según recuerda. Esa niña estaba embarazada producto de las violaciones sufridas en múltiples oportunidades por su abuelastro.

En aquel momento, "el sistema de salud le niega la interrupción de embarazo y la deja prácticamente presa en una hospital de tercer nivel de atención. Ella consultó con 16 semanas y se lo permitieron en la semana 23", contó la ginecóloga. "La nena pedía todo el tiempo que le saquen 'lo que el viejo le había puesto a dentro'", recuerda.

"Yo soy objetora de conciencia pero hago las derivaciones siempre. En ese momento me llamaron y yo voy a acompañar al que iba a hacer la interrupción, por si se le complicaba", contó. Tenía que ser una intervención quirúrgica, puntualmente una micro cesárea, por el avance de la gestación. Pero "la sorpresa es que dentro de quirófano todos se declararon objetores de conciencia".

Entonces, "yo instrumenté la cesárea al cirujano y desde ahí estamos acusados de homicidio agravado, porque ese recién nacido salió vivo, se le hicieron maniobras para que siga respirando, quedó intubado, vivió 10 días más o menos, pero finalmente murió. Apenas falleció nos hicieron una causa penal por homicidio agravado, 5 abogados de una agrupación que creo que se llama 'Familias católicas' y un médico intensivista".

Para la doctora esa causa "claramente es un amedrentamiento a los médicos que cumplen con los derechos, porque estábamos haciendo una interrupción legal del embarazo". "A pesar de que yo era objetora de conciencia, cuando nadie lo hace, tus creencias no pueden estar por encima de los derechos de la nena", dijo en el aire.

Finalmente, Ousset nos contó que si bien ella es católica practicante, "concilio sin ningún problema el dogma católico con el aborto: yo soy católica entonces no me hago abortos pero también soy médica y quiero que la persona siga viva y esté sana, entonces la derivo".

El procedimiento que emplea la doctora cuando viene la persona a plantearle la decisión de abortar es, en primer lugar darle consejería, lo cual "se hace y corresponde. No le doy una clase de catecismo porque yo no soy cura. Sí recuerdo que antes lo hacía y me quiero morir de la vergüenza, porque es totalmente ilegal" y finalmente, deriva a la paciente.

"Yo no puedo juzgar a nadie, de hecho la persona que iba a realizar la interrupción del embarazo en Lucía era mi esposo. Yo estoy durmiendo con un no objetor de conciencia", finalizó.

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