Cuál es la diferencia entre tristeza y depresión post parto

Luego de meses esperando y preparándonos para el “gran momento” pareciera que luego del parto toda la magia terminó. Y la realidad es que justamente luego de eso, es cuando aparece la otra gran aventura. Muchas veces, se supone que por el hecho de habernos convertido en madres, debemos saber cómo hacerlo y, encima, hacerlo felices. Hay muchas mujeres que viven el post parto con felicitad plena, otras experimentan tristeza y angustia.

¿Cómo puede ser que me sienta triste si se supone que debería ser el momento más maravilloso y feliz de mi vida? Algunas cuantas seguramente se habrán preguntado esto luego de parir. Desde MDZ Femme, charlamos con Florencia Montecino, psicóloga especialista en esta temática, para entender las diferencias entre la tristeza y depresión post parto.

“Se estima que aproximadamente entre el 10% y el 15% de las madres sufren síntomas de depresión después del parto, y muchas de estas mujeres no lo comentan con nadie lo que les pasa, por vergüenza o porque creen que está “mal” sentirse así”, nos comentó Florencia.

Para comenzar, es importante señalar las diferencias entre la depresión y la tristeza post parto. Florencia nos explica que lo que diferencia una cosa de la otra es la intensidad, duración de la sintomatología, la incidencia en la vida cotidiana y configuración del vínculo con el bebé.

La psicóloga nos cuenta que la tristeza post parto o “baby blues” es una reacción “normal”, esperable y saludable que sufren entre un 50 y un 85% de las mujeres. Los síntomas aparecen pocos días después del parto influenciados además  por los cambios hormonales propios del post parto. Suele durar algunas semanas y desaparecen sin dejar secuela. “Se caracteriza por cambios de humor, pudiendo pasar de la euforia al llanto, irritabilidad, hipersensibilidad, tristeza, ansiedad, poca concentración, trastornos del sueño” agregó la especialista.

Si bien estos síntomas también aparecen en la depresión postparto, Florencia explica que en este caso la intensidad es mayor, duran mucho más tiempo, y pueden afectar de forma significativa la vida de la madre dificultando la atención hacia el bebé. “Pueden aparecer sentimientos de culpa excesivos, pensamientos negativos en relación al bebé. Los síntomas pueden aparecer incluso seis meses después del parto”,  explicó la entrevistada.

Frente a esta realidad que experimentan muchas mujeres, Florencia agregó “Me resulta relevante destacar la importancia del hablar,  el compartir, de encontrar espacios que alojen nuestro sentir. Que no cuestionen. Que habiliten. Para poder cuidar hay que aprender a cuidarse”. 

¡Muchas gracias Florencia por tu tiempo y vocación!