Cómo enriquecer tus cremas con aceites esenciales

Tu piel es única y lo sabes. Por eso, cuanto más se adecúe una crema a las características de tus particulares, más efectiva será. En esta nota te contamos cómo hacerlo. 

¿Sabías que puedes personalizar tu crema con aceites esenciales?

Los productos cosméticos o de higiene se pueden mejorar y personalizar según tus necesidades personales para potenciar sus resultados. Así, una simple crema hidratante de día puede volverse una hipernutritiva, calmante o protectora. 

Los activos naturales son nuestros aliados en este panorama. Presta atención a los ingredientes que te benefician según las particularidades de tu piel y aprende a cómo enriquecer tus cremas con ellos. 

Mejorar los cosméticos según las características personales de cada piel

Aceites esenciales, infusiones y cocciones pueden ser las materias primas perfectas para agregar a los cosméticos que usarás como “base“. 

Muchas mujeres creen que las cremas a las que se le agregan activos tienen que ser neutras, pero los componentes de las cremas hidratantes más frecuentes conviven bien con el agregado de aceites esenciales, que suman activos además de ricos aromas. 

Es decir, elaborar cosméticos personalizados y elevar el nivel de los que ya tenemos porque se adecúan más a tu rostro es posible. 

Tu crema con aceites esenciales: ¡El paraíso!

Los aceites esenciales puros son la forma más sutil y concentrada de obtener los beneficios de una planta o fruto o semilla: lavanda, almendra, lino. Seguramente hayas oído que contienen activos super efectivos y que se pueden aplicar directamente o ¡en cremas!

A nivel celular, al ser tan concentrados, son sumamente efectivos. Es por esto que deben aplicarse dosis pequeñas. Por ello, para agregarlo a una crema habrá que tener en cuenta que cada 100 ml de crema van entre 15 a 20 gotas de aceite esencial ¡el que hayas elegido!

Estos aceites agregarán, como dijimos, mucho más que aroma. Eso sí, según qué tipo de piel tengas, convendrán algunos u otros: 

Para piel seca: prioriza los aceites esenciales calmantes, dulces y con efecto bálsamo. Elige entre el aceite de palta, el de sésamo o el aceite esencial de cardamomo, jengibre, limón o neroli. 

Para piel sensible: prefiere aceites refrescantes y emolientes como el aceite de almendra, el de coco y puedes agregarle también aceite esencial de sándalo o geranio. 

Para piel grasa: elige siempre aquellos aceites faciales que regulan la grasa y la desintoxican como aceites esenciales estimulantes y exfoliantes como el de uva, lavanda o bergamota.

¿Qué esperas para probar los aceites esenciales?

¡Atención! Esta información se publica a título informativo y de ninguna manera reemplaza la opinión de un profesional. Antes de aplicar cualquier producto sobre tu piel, consulta con tu dermatólogo/a de confianza.