Crianza respetuosa: ¿qué es y cómo llevarla a la práctica?
Cómo y hasta dónde poner límites son preguntas que muchas veces nos hacemos a la hora de educar a un hijo. La crianza respetuosa se presenta como una alternativa para educar y enseñar a nuestros hijos desde otro enfoque distinto al tradicional.
Criar es una tarea cotidiana, lleva tiempo y esfuerzo por lo cual es importante encontrar la manera de hacerlo sostenible en el tiempo. Cuando nos apuntamos a la aventura de criar a un hijo o hija estamos pensando en qué idea del mundo queremos mostrarles. Cada vez son más las madres y padres que optan por seguir los lineamentos de la crianza respetuosa. Y por eso empezamos a indagar en qué consiste este método.
En diálogo con MDZ Femme, Florencia Montecino, psicóloga especialista en esta temática, habló de esta forma de crianza que, según explica, se diferencia de la tradicional al presentarse como un estilo de vida en el cual se propone que las decisiones y el trato diario se realicen a partir de las bases de la empatía, el respeto, la igualdad y el amor. “Se trata de acompañar y favorecer la independencia de nuestros hijos e hijas a partir del establecimiento de un vínculo de confianza. Escuchando y aprendiendo juntos”, señala Montecino.
En este sentido, la especialista expresa que "tradicionalmente ha existido un paradigma que posiciona a la infancia en un lugar inferior, pasivo, de objeto, en donde es el adulto quien tiene que enseñar, educar, limitar, acotar y conducir a esa niña o niño". A diferencia de ello, este enfoque supone una crianza basada en la horizontalidad, en la concepción de las hijas e hijos cómo un sujeto con el que me vinculo desde el registro, la aceptación, la validación y el respeto por su impronta.
“A veces nos encontramos con resistencias y cuestionamientos a la crianza respetuosa porque se la señala como que se exime de poner límites. Hablar de esto, llevaría tiempo. Pero a grandes rasgos, esto sería un mito”, dice y explica que, frente a estas creencias, la crianza respetuosa no es un “sin límites”, sino que busca comunicarse a partir del amor, el respeto y el consenso, evitando apelar a amenazas, castigos o coerciones, cosas muy comunes en las crianzas tradicionales.
Este tipo de crianza probablemente resulte más posibilitador y enriquecedor tanto para los hijos y las hijas como para nosotras, las madres, ya que se propiciaría un espacio de aprendizaje, transformación y evolución para ambas partes. Esta propuesta es un pasaje desde pensar que somos las madres quienes ponemos los límites hacia un proceso de acompañamiento en el encuentro y el descubrimiento de los mismos con nuestros hijos e hijas. “Tiene que ver con pasar de pensar que 'tenemos que poner límites' a 'los límites se comunican' pensando de qué modo los queremos y podemos comunicar”.
Promoviendo este tipo de crianza lo que se busca es permitirles y habilitarles posibilidades a los niños y niñas para que, a medida que van adquiriendo autonomía, puedan gestionarla de forma libre y responsable.
La crianza respetuosa tiene que ver con el modo en que nos comunicamos las madres y padres con nuestros hijos e hijas como responsables de su evolución física, psíquica y emocional. Se trata de construir relaciones democráticas, empáticas y amorosas que habiliten el despliegue del ser del niño o niña, favoreciendo el diálogo, el pensamiento y el razonamiento crítico.