Salud

Mitos sobre las dietas: cambios de hábitos saludables en la alimentación

Seguramente y más después de un fin de semana, es usual escuchar decir: “Este lunes arranco la dieta”. Por eso, en esta columna, vamos a hablar sobre los mitos de las dietas, y que tal vez, es mejor llevar buenos hábitos de alimentación que caer en el circulo vicioso de la dieta y el atracón.

Redacción MDZ Online sábado, 16 de marzo de 2019 · 09:00 hs

Las dietas en general suelen restringir algún grupo de alimentos. El principal que se suele retirar son los hidratos de carbono, lo cual hace que eliminemos masa muscular y agua, por eso se baja tan rápido de peso. Además, se sacan tantos alimentos que puede haber deficit de nutrientes como el hierro, calcio, proteínas, grasas, vitaminas y minerales, lo cual es muy peligroso para el organismo. Si un cuerpo está mal nutrido empezara a funcionar mal, corriendo el riesgo de tener patologías a futuro, además de poder desarrollar un trastorno alimentario si la persona es vulnerable y predispuesta a eso.

Hay casos de dietantes crónicos que hoy en día están con mucho sobrepeso con muchísimas dificultades para bajar porque el cuerpo ahorra energía permanentemente por la restricción, hay casos de anemias, osteoporosis, amenorrea (falta de menstruación por el deficit calórico grave), problemas renales por dietas hiperproteicas, etc. Varios profesionales de la alimentación dan dietas, prohíben, retan si el paciente come algo "fuera de lugar" y no explican las consecuencias. Solo importa "bajar", sin importar si lo que se baja es musculo, agua o grasa, sino que solamente importa el numero de la balanza. 

Además prohibir ciertos alimentos puede generar ansiedad en esa persona, ¿En qué piensa todo el día cuando hay periodo de restricción y prohibiciones?, en comida, en lo que comeríamos, o esperando al día del "permitido". O peor aún, se piensa en comida el día posterior al atracón que se dieron por estar a dieta de hambre. Al estar todo el día pendiente de la comida, nos perdemos de lo qué hay alrededor. Por ejemplo: vamos a un cumpleaños con el táper o habiendo comido antes y mirando toda esa comida qué hay. No estamos disfrutando del evento. Estamos físicamente pero mentalmente estamos en otro lado. Toda la gente pasándola bien, comiendo algo rico, y el que está a dieta está sufriendo por dentro teniendo ganas de comer lo qué hay, y puede suceder que uno no aguante y arrasar con todo ahí y sentir una culpa tremenda. Cuando hablamos de dietas no existe el término medio: "todo o nada" porque no podes comer nada y cuando no aguantaste, te comiste todo, y ese círculo es el que nos hace engordar y enfermarnos mentalmente. Hay que disfrutar, relajarse y estar tranquilos, disfrutar de la vida. Es mejor animarse a cambiar los hábitos, poder comer lo que nos gusta, evitando los extremos y dejar de pensar en comida las 24 horas del día. Cuánto menos dieta y menos prohibiciones, más sana estará la mente.

Ahora bien, no caer en las dietas no significa que una persona “puede comer de todo”, porque se cree que es similar a “comerse todo”. Primero, sería ilógico que una nutricionista diga que “pueden comerse todo sin importar la calidad del alimento”. Como también es poco serio hacer lo contrario: que nos obliguen a dejar de comer lo que nos gusta. Que se pueda comer de todo, significa que en la alimentación no hay nada prohibido (salvo que haya patologías donde se deban prohibir alimentos). Es decir, si vamos a un evento o nos invitan a comer, poder comer lo qué hay sin necesidad de estar sufriendo y mirando como los demás comen lo que nos gusta, que es muy distinto a comer alimentos “menos sanos” a diario y todo el tiempo. Es muy distinto desayunar por ejemplo: cereales yogur y fruta, almorzar una porción de lentejas con pollo y vegetales, merendar una medialuna con un café y cenar arroz con pescado y verduras salteadas, que desayunar: medialunas, almorzar panchos, merendar sándwiches de miga y cenar pizza. Mucha gente cree que el "comer de todo" es eso.  La “no dieta” (método creado por Mónica Katz) se basa justamente en legalizar el placer sin privarnos pero priorizando la alimentación saludable sin eliminar lo que nos gusta, teniendo en cuenta porciones y calidad de la comida sin contar calorías. Además de hacer hincapié en el ejercicio y en las emociones ya que mucha gente come por tristeza, angustia, enojo, etc. Y esto desde ya que se trata además con ayuda psicológica. Cuando una persona tiene emociones negativas no debe volcarlo en la comida, ni en chocolate, ni en gelatina. Por eso es algo muy difícil pero se logra con un buen tratamiento.

Para bajar de peso NO hay que prohibirse sino cambiar hábitos. Ya sabemos que la prohibición lleva a subir de peso a futuro. El descenso así es más lento pero es lo más efectivo, porque sabemos que si bajamos rápido, estamos perdiendo agua, músculo y poca grasa y tenemos una gran posibilidad de tener un gran efecto rebote, además de no haber aprendido a comer.

Instagram: nutricion.ag