La magia de las latas de colección
Desde hace décadas, las latas han sido parte de nuestro entorno cotidiano. Su principal objetivo fue siempre el almacenamiento o protección de los productos que contienen de las inclemencias del medio ambiente.
Pero ¿qué se guardaba antiguamente en estos recipientes metálicos? Veamos algunos ejemplos.
Uno de ellos es para productos de higiene personal, tal es el caso del talco. En este ejemplo vemos dos latas. Una es de talco boratado marca Dasac y la otra es de talco perfumado curativo marca Lizzie.
No podemos dejar de señalar las hermosas figuras femeninas que los adornan y los colores pastel especialmente escogidos.
Otro ejemplo es el polvo de flores de La Plata, de la Parfumerie Guillon, de París. En la parte superior de la lata encontramos un preciosísimo detalle artístico para embellecerla. En el interior del envase se explica que el retrato de la dama, es una reproducción en miniatura de una obra existente en el Museo del Louvre.
Los remedios también eran resguardados en latas. Algunos ejemplos:
Estas seis cápsulas de cápsulas elásticas rusas marca Taetz, que contenían aceite de ricino y eran recomendadas para las purgas.
Se aprovechaban los costados de la caja para dar algunas instrucciones escritas: “Tragar con un sorbo de líquido caliente”.
En la base habían más descripciones y consejos, ya que no se utilizaban los papeles que encontramos ahora en nuestros medicamentos, solo se introducían en los remedios. Además, el precio por distintas cantidades de estas cápsulas estaba también indicado.
Otro ejemplo de remedios son los Fructines Vichy. Eran caramelos laxantes, purgantes y depurativos. Dado el prestigio mundial de Vichy, se especificaba el Laboratorio que los había elaborado y la dirección del mismo. Nuevamente se utilizaba la tapa para la descripción y beneficios de la medicación. En este caso: “Agradable laxante aromatizado con jugo de frutas”.
Los chocolates y golosinas también venían en latas. En esta foto tenemos a Tofi “El Delicioso Bombón de Crema”. Otro ejemplo es la de Mantecol “Gran postre de Sésamo”
Las pastillas podían conservarse mejor dentro de un recipiente metálico. En estos ejemplos vemos dos preciosísimos envases alemanes primorosamente adornados. Una coquetería para la cartera de la dama de antes.
Las famosas pastillas en forma de corazoncitos Dorins se vendían originalmente en lata. Sus propiedades: “Perfuman el aliento. Refrescan la boca. Quitan la sed”, ya que eran de sabor “Peppermint”.
Luego, muchos de nosotros conocimos su versión en cartón y de sabor naranja, frutilla y mandarina.
Muchas de las Galletitas de antes, eran almacenadas en latas. Habían de diferentes tamaños, como en este ejemplo de Bizcochos Canale.
El Té en hebras era también delicadamente envasado en latas. Uno de los más nacionales y conocidos es el Te Sol (Five O clock) que vemos en la foto. Actualmente utilizamos latas o cajas metálicas para guardar esta infusión pero en sobrecitos.
Para el final, hemos reservado un innovador objeto. Se trata de la Vajilla Salus, que contenía la yerba De La Patria y los accesorios necesarios para cebar buenos mates. La lata, ostentaba en la cara superior la siguiente leyenda: “MATE SALUS: compañero de pic-nics, canchas y paseos”.
Decía también: “La vajilla SALUS útil y agradable compañera, contiene todo lo necesario para matear a gusto en cualquier parte. Es sumamente práctica, ocupa poco espacio y siempre está lista. Se hace más confortable el viaje, más alegre el pic-nic o se mira el partido más a gusto, si se pueden saborear unos “verdes” plenos de fragancia con la insuperable yerba SALUS”.
Ante este ejemplo, vemos como el concepto de embalaje (packaging) comenzaba ya a interesar a las empresas nacionales de la década del 60.
En nuestros días, las latas antiguas son muy apreciadas por ávidos coleccionistas que reconocen el valor cultural y artístico que encierran. Por otro lado, la combinación de latas antiguas y modernas os brindará un espacio colorido, ecléctico y original.
No en vano tantos negocios exhiben en sus vidrieras y secciones interiores latas de las más diversas procedencias.
Cautivan las antiguas por su belleza y excentricidad, las modernas por sus formas y tamaños. El factor común entre todas es su durabilidad y la dimensión estética que siempre estará presente.
Alejandra CicchittiAntigüedades
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