Primerizos

Si estás por hacer tu primera vendimia, esta nota es para vos

Para quienes están por hacer su primera experiencia en bodega a través de una vendimia, es bueno que antes sepan algunas cosas.

Pablo Ponce miércoles, 12 de febrero de 2020 · 15:05 hs

Iniciando la época de vendimia, para las bodegas es el momento más importante del año. No solo para ellas es la etapa más significativa, también lo es para enólogos, agrónomos, comunicadores, operarios… y sobre todo ustedes, quienes por fin harán su primera temporada de cosecha.

Seguramente habrán visto o leído cómo la enología te permite viajar por el mundo probando vinos y conociendo culturas, también cómo se disfruta asistiendo a eventos que se hacen en las mismas bodegas donde uno prueba platos exquisitos y degusta asombrosas añadas mientras música en vivo suena por los rincones. No quiero dejar de lado que todo esto muchas veces es posible hacerlo con amigos, pareja o incluso familia.

Bueno, lo que estás por vivir ahora en tu primera cosecha, es justamente todo lo contrario.

Comenzarás haciendo tareas que seguramente nadie quiera hacer (porque el derecho de piso hay que pagarlo). Aún recuerdo que mi primera tarea fue en el 2005 preparando bolsitas de metabisulfito de potasio, en una habitación de más chica que un baño. No se lo deseo jamás a nadie.

Los turnos de 12 horas rotativos entre el día y la noche serán moneda corriente. Cuando te estés acostumbrando al ritmo diario, vas a tener que amoldarte para cambiar el sueño ¿No sabías que en vendimia también se trabaja de noche? No solo eso, sino que también domingos y feriados. Porque las fermentaciones no te esperan, sabelo.

Este es el color que llevarán tus manos durante la vendimia

Otra cosa sobre el turno noche es que muchos te van a decir que es más tranquilo porque no están «los jefes», y que eso hace que uno trabaje mejor. Pero lo que no te dicen es que si pasa algo, es todo mucho más complejo de solucionar porque si necesitás llamar a alguien de mantenimiento o si se te acabó un insumo, difícilmente te puedan ayudar hasta el otro día. Hay una frase que se dice y es muy real: «LOS PEDOS PASAN DE NOCHE».

Te vas a mojar, y mucho. Así que te aconsejo siempre llevar una muda extra cuando te prepares el bolso para ir a la bodega. Sobre todo, medias y calzado. Lo peor que te puede pasar es engriparte en plena vendimia (porque vas a tener que ir igual). Pedí botas o zapatos de seguridad. Por más incómodos que sean se van a convertir en tus mejores aliados.

¿Frio? Vas a pasar mucho. ¿Calor? Lo vas a padecer como nadie.

Intentá no cancherear o boludear con el celular mientras estás haciendo alguna tarea dentro o fuera de la bodega. Porque cuando creés que tenés el remontaje controlado, solo basta que le saques la vista dos segundos para que se te rebalse la tina y te ganes una buena suspensión (ergo, pierdas el presentismo).

Cosas como esta se pueden dar por distracción

Nunca vas a apreciar tanto dormir como durante esta época. Cada minuto que puedas descansar te aseguro que lo vas a aprovechar al máximo. Quizás no al principio, en donde intentarás seguir la misma rutina de siempre, pero sin darte cuenta una salida como cualquiera con amigos se va a convertir en la última por bastante tiempo. Y si, a ellos también los vas a dejar de ver como lo hacías habitualmente.

En tus primeros días intentá acoplarte a los operarios con más experiencia. Ellos mejor que nadie sabe absolutamente todo lo que pasa en la bodega. Desde los tramos mas cortos para cuando quieras hacer un trasiego hasta donde se esconden alguna que otra junta que te puede salvar el día.

Descubes: vas a llegar a soñar con ellos

Alimentate bien. Comé saludable. No te atores con comida chatarra porque… ah sí, te vas a tener que preparar todos los días tu vianda y muchas veces por ahorrar tiempo o dinero podés terminar comiendo cualquier cosa. Son pocas las bodegas donde dan el almuerzo o cena. Si te toca una de esas, sabe que sos un afortunado.

No tontees tanto con el celular. Si, ya se que lo mencioné recién, pero es que en serio, es importante. Sobre todo, sabiendo que además lo podés hacer pelota en el momento que se te caiga, moje o pierda.

 ¡Ojo! Aunque no parezca al principio, es fundamental que conozcas cada tipo y estilo de trabajo, porque el día de mañana vos vas a ser quién mande a lavar por dentro un tanque de acero inoxidable, y si es algo que ya has hecho vas a poder saber cómo y cuándo se hace bien. Así que si te mandan a limpiar la termo, juntar la borra del filtro de vacío o sacar muestras de toda vasija existente para llevárselas a las chicas y chicos en el laboratorio, hacelo.

¿Sacar muestras de las últimas barricas de arriba? Alguien tiene que hacerlo

Vas a tomar boumé y temperatura como nunca. No intentes “dibujar” o manipular ningún dato porque en serio SIEMPRE se dan cuenta. Mi consejo es que aproveches para ir probando los mostos en fermentación, entender más el proceso y chequeando cuando alguna pileta o tanque se haya frenado o disparado la temperatura. Esta info directa al enólogo va a ser que sumes varios puntos.

Se ordenado. No solo te va a facilitar el trabajo a vos, sino que a todos tus compañeros. Nada mejor que confiar en que cada aspirante estará en su lugar, las mangueras van a estar decoloradas y las bombas se encontrarán siempre igual.

Si te toca de noche, lleva siempre abrigo por más calor que haga durante el día. Sobre todo, en aquellos lugares del Valle de Uco donde en el día te morís de calor, pero de noche vas a apreciar cómo de los tanques que fermentan a 26°C sale ese “vaporcito”.

Ya terminando hay algo que es muy importante que nunca te olvides de hacer: preguntar. Nadie nace sabiendo y todos en algún momento empezamos desde cero. Esta es tu oportunidad de aprovechar esto y preguntá todo lo que creas necesario.

Se que parecen muchas pálidas, pero creeme que es mejor ir preparados. En mi primera experiencia no les voy a mentir, las primeras semanas las sufrí bastante, hasta que uno entiende el cómo y el porqué de las cosas. Ponete una meta fija, un objetivo final, y cuando lo tengas claro vas a darte cuenta de que esto solo una etapa de un largo proceso donde la constancia, las ganas y perseverancia van a lograr que un día estés ahí probando vinos, manejando una bodega, desarrollando tus propios vinos o viajando por el mundo y sobre todo: disfrutando al máximo de lo que hacés. Ahí, justo ahí es importante que te acuerdes de todas estas cosas que te conté más arriba, de cómo empezaste, cómo arrancaste tu carrera.

¡Salud y buena vendimia!

*Todo lo relatado corresponde a experiencias personales vividas durante el 2005 al 2013 en diferentes bodegas.

Pueden leer más contenidos relacionados al vino en www.thebigwinetheory.com