Termómetro cósmico: cómo se comparan las temperaturas de los planetas del Sistema Solar
Un video en las redes muestra el termómetro cósmico para explica que las condiciones planetarias no dependen exclusivamente de la ubicación respecto del Sol.

Una cuenta de Instagram especializada en Astronomía compartió un "termómetro cósmico".
CanvaEl perfil de Instagram especializado en astronomía Star Walk compartió con sus seguidores el “termómetro cósmico”, una visualización que compara las temperaturas de todos los planetas del Sistema Solar. Lejos de ser un simple dato de color, el video revela contrastes notables y fenómenos físicos fascinantes, muchos de los cuales desafían la intuición común sobre la relación entre distancia al Sol y calor.
La temperatura de los planetas
Uno de los datos más llamativos que presenta el material audiovisual es que Venus es más caliente que Mercurio, a pesar de estar más alejado del Sol. Esta paradoja aparente se explica por la composición de su atmósfera: mientras que Mercurio apenas tiene una capa gaseosa que lo proteja, Venus posee una densa atmósfera compuesta en su mayoría por dióxido de carbono, lo que genera un efecto invernadero extremo. Como resultado, su temperatura superficial puede superar los 460°C, haciéndolo el planeta más caliente del sistema solar.
Te Podría Interesar
En contraste, Neptuno se posiciona como uno de los lugares más fríos del vecindario cósmico, con temperaturas que descienden hasta los -220 °C. Este planeta gaseoso gigante, situado en los confines del sistema solar, recibe muy poca radiación solar. Sin embargo, los científicos han observado que emite más calor del que recibe, lo que indica que su interior aún conserva energía remanente de su formación.
La Tierra, por su parte, aparece en el centro de este espectro térmico. Su temperatura media global, alrededor de los 15 °C, es posible gracias a un equilibrio delicado entre su atmósfera, la distancia al Sol y la presencia de agua en estado líquido. Esta combinación de factores convierte a nuestro planeta en el único, hasta ahora conocido, capaz de albergar vida tal como la entendemos.