Simuladores clínicos: una innovación clave para reducir la mortalidad materna

La utilización de simuladores clínicos se ha consolidado como una herramienta esencial en la formación de profesionales de la salud, enfocada en emergencias obstétricas y cuidados neonatales en busca de reducir la mortalidad materna. Estos dispositivos permiten desarrollar habilidades en entornos controlados, respetando la integridad física y la dignidad de las pacientes.

Este enfoque se basa en la idea de que la capacitación no debe comprometer los derechos de las mujeres, sino que debe fortalecer las competencias médicas en escenarios seguros. Es por eso que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP/SMR), ha implementado estrategias de formación con simuladores en varios países de América Latina, incluyendo Bolivia, Honduras y Perú.

Esta iniciativa se centra en reducir las disparidades en el acceso a la atención médica, especialmente en regiones alejadas o en situaciones de vulnerabilidad. Mediante la replicación en cascada de estos entrenamientos, se busca llegar a las comunidades más remotas y, en consecuencia,  garantizar, de mejor manera, un mayor acceso a la salud.

Los simuladores, de fácil transporte, permiten que los equipos se trasladen a zonas rurales, evitando que los profesionales tengan que desplazarse a las ciudades. Esta portabilidad maximiza el impacto de la capacitación, ampliando significativamente el número de personas entrenadas y mejorando así la atención sanitaria en áreas de difícil acceso.

El compromiso de los países que reciben estos equipos incluye la formación continua de sus profesionales y la garantía de mantenimiento de los simuladores. Esta formación es crucial para asegurar que las competencias adquiridas se mantengan actualizadas y se extiendan a nuevas generaciones de profesionales de la salud.

Según Bremen De Mucio, asesor regional en Salud Materna, esta estrategia es fundamental para acelerar la reducción de la mortalidad de mamás y personas en proceso de gestación. Además de los simuladores, enfatiza la necesidad de fortalecer las redes de atención en salud materna y reproductiva, así como de asegurar la distribución equitativa de recursos humanos capacitados.

Contar con estos simuladores clínicos representa un avance significativo en la capacitación médica en América Latina, contribuyendo a la mejora de la calidad de la atención y al acceso equitativo a servicios de salud de alta calidad, especialmente en zonas vulnerables.