El enorme riesgo de no desactivar el Wi Fi al salir de casa
Es común no prestarle atención porque no parece la gran cosa, pero hay que ser conscientes del enorme riesgo que conlleva el no desactivar el Wi Fi al salir de casa.
El celular se volvió parte de nuestra vida cotidiana, casi que parte de nuestro cuerpo, tanto que a veces nos olvidamos que tenemos que desactivar algunas funciones del mismo sin darle la debida atención a los problemas que puede acarrearnos. Uno de ellos es el enorme riesgo que corremos por no desactivar el Wi Fi al salir de casa, que puede afectarnos de maneras un tanto invisibles.
Hay que recordar que dejar el Wi Fi encendido en el teléfono celular hace que este se ponga a buscar redes constantemente para que sigan funcionando sus aplicaciones, que cada vez son más dependientes a este. Se puede pensar que pescar una conexión libre puede ser algo bueno, pero hay más motivos para que eso sea una amenaza para la seguridad del usuario.
Cabe la posibilidad de que algunas redes puedan ser maliciosas y que estén diseñadas para robar datos o incluso infectar tu dispositivo con malware, que son programas maliciosos infectados con virus. Por eso, lo mejor es conectarse solo a redes confiables y seguras, como las del propio hogar, el trabajo o en lugares públicos con certificado de seguridad.
Luego de hablar de un riesgo bastante serio, también está el del rendimiento del mismo dispositivo, porque mantener el Wi Fi siempre activo consume batería innecesariamente mientras está constantemente enviando y recibiendo señales de radio. Para evitar ese consumo inútil, mejor pasarse a datos móviles para seguir conectados.
Y su energía autónoma tampoco es la única en exigirse, sino que todo el sistema electrónico del smartphone lo hace. Es que si permanece en una búsqueda de redes constante, sus microchips trabajan más intensamente, afectando también la potencia de procesamiento para otras tareas.
Además, la señal de Wi Fi puede interferir con otras señales de radio, como las de la red móvil o hasta el GPS, afectando la calidad de la conexión, la recepción de mensajes o llamadas y hasta la navegación.
Es verdad, requiere hacerlo un hábito, pero qué imprescindible se vuelve prestarle atención a una simple acción que nos previene exponernos a semejante riesgo. Lo bueno es que tampoco requiere demasiado esfuerzo y se puede unir a la rutina de tomar las llaves de casa, la billetera y desactivar el Wi Fi del celular antes siquiera de abrir la puerta para salir de casa.