Cómo sembrar jengibre en casa y no morir en el intento

El jengibre es una planta que ha sido utilizada durante siglos por sus propiedades medicinales y culinarias. Originario de Asia, esta planta se ha extendido por todo el mundo y es conocida por su sabor picante y sus beneficios para la salud. Una de las formas más populares de consumirlo es en forma de raíz fresca.

Así que cultivar jengibre en casa puede ser una experiencia gratificante y relativamente sencilla si sigues algunos pasos básicos para que crezca fuerte y saludable.

Lo primero que necesitas para sembrar jengibre en casa es una raíz fresca. Puedes conseguirla fácilmente en cualquier supermercado o tienda de alimentos naturales. Una vez que tengas la raíz, debes hidratarla durante unas cuatro horas sumergiéndola en un vaso con agua.

Después de hidratar la raíz, es importante acelerar el proceso de germinación para que comience a brotar más rápido. Para ello, puedes colocar la raíz mojada (pero no goteando) dentro de una bolsa plástica y cerrarla, asegurándote de dejar algo de aire dentro para que haya oxígeno disponible para la germinación.

Después de unos 10 días (aunque puede tardar hasta una semana como mínimo), podrás abrir la bolsa y observar los brotes que han comenzado a crecer desde la raíz. Estos brotes son los primeros signos de que tu planta de jengibre está creciendo y pronto podrás disfrutar de tu propia cosecha casera.

Una vez que los brotes hayan crecido lo suficiente, puedes trasplantar tu planta de jengibre a una maceta con tierra rica en nutrientes y buen drenaje. Asegúrate de mantener la tierra húmeda pero no empapada, ya que el exceso de agua puede pudrir las raíces.