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No te cepillas la lengua, por qué deberías hacerlo más seguido

Cada vez que te cepilles los dientes, recuerda que tu lengua también necesita atención.
Cuando la lengua no se limpia, las bacterias se acumulan. Foto: Archivo
Cuando la lengua no se limpia, las bacterias se acumulan. Foto: Archivo

Hay que aclarar que la higiene bucal no se limita al cepillado de los dientes ni al uso de hilo dental. La lengua, que suele ser ignorada, es esencial que también se limpie para evitar problemas como el mal aliento. Aunque parece un detalle menor, el hábito de cepillar la lengua transforma tu salud oral.

En la superficie de la lengua se acumulan bacterias, restos de alimentos y células muertas. Estos forman una capa blanca, conocida como revestimiento lingual, que son un foco de mal olor y desequilibrio en la flora bucal. Limpiar esta capa mejora el aliento, y también protege las encías y los dientes.

Protege tus encías y dientes.

Para realizar esta limpieza, con un cepillo de dientes o un raspador lingual son suficientes. El cepillado debe ser suave y realizarse desde la base de la lengua hacia la punta, asegurando que se elimine cualquier residuo. El momento ideal es hacerlo por la mañana y antes de dormir. 

El mal aliento, también llamado halitosis, es una de las razones más comunes para prestar atención a la lengua. Este problema no siempre se origina en los dientes; en muchas ocasiones, la causa principal es el revestimiento lingual. Limpiarlo regularmente reduce los compuestos sulfurados responsables del mal olor. Además, mejora la percepción del sabor al eliminar capas que interfieren con las papilas gustativas.

Se generan otras infecciones.

Otro aspecto importante es el color de la lengua. Una lengua sana suele tener un tono rosáceo uniforme. Si aparecen manchas blancas, amarillas o marrones, podrían ser señales de desequilibrios en la boca o incluso en el organismo. Estas alteraciones deben ser revisadas por un profesional, ya que podrían indicar infecciones o problemas más profundos que requieren atención.

Más allá del aspecto estético, mantener la lengua limpia es fundamental para la flora bucal. Este equilibrio natural de microorganismos protege contra infecciones y ayuda a mantener una buena salud. Cuando la lengua no se limpia, las bacterias se acumulan y pueden afectar negativamente a las encías, provocando inflamaciones o infecciones en el futuro.