Cómo sembrar pimentones en macetas y que no se mueran
Cultivar pimentones o morrones en casa es un proceso que no requiere un gran espacio, pero sí atención a ciertos detalles. Comienza con las semillas de pimiento morrón, un sustrato adecuado y algunos recipientes reutilizables, como cajitas plásticas de champiñones.
Antes de plantar, asegúrate de limpiar bien las cajitas. Con un cuchillo o tijeras, haz pequeños agujeros en la base para facilitar el drenaje. Este paso es esencial, ya que evita que el agua quede atrapada en el fondo, lo que podría pudrir las raíces de las futuras plantas.
Llena las cajitas con un sustrato ligero y aireado, que permita una buena circulación de agua y oxígeno. Planta las semillas a una profundidad de un centímetro, colocando dos o tres por sección. Luego, riega suavemente, asegurándote de mantener la tierra húmeda pero sin excederte.
Coloca las cajitas en un lugar donde reciban al menos seis horas diarias de luz solar directa. La temperatura cálida y la luz son factores determinantes para que las semillas germinen, lo cual ocurre generalmente entre siete y catorce días después de la siembra. Durante este periodo, revisa la humedad de la tierra para evitar que se seque por completo.
Cuando las plántulas alcancen unos cinco a ocho centímetros de altura y tengan dos o tres hojas verdaderas, es momento de trasplantarlas. Escoge macetas individuales que sean lo suficientemente grandes para permitir que crezcan las raíces. Llénalas con sustrato fresco y coloca cada plántula con cuidado, asegurándote de no dañarlas.
Al trasplantar, haz un pequeño hoyo en la tierra de la maceta y coloca la plántula. Cubre las raíces con tierra y presiona ligeramente alrededor para fijarlas. Riega de inmediato para asentar el sustrato, pero evita el exceso de agua que podría dificultar el crecimiento.
Una vez que los pimentones estén en sus macetas finales, la ubicación sigue siendo importante. Colócalos en un espacio donde continúen recibiendo luz solar directa durante varias horas al día. La exposición al sol permite que las plantas crezcan fuertes y sanas, mientras que la falta de luz retrasa su desarrollo. El tiempo para cosechar llega entre 70 y 90 días después de la siembra.