El drama que vivió Brooke Shields con su mamá: las dificultades de cuidar a una alcohólica

Todas las personas tienen historias para contar, porque las anécdotas personales pueden llenar páginas de un libro, independientemente si los detales son levemente exagerados. Brooke Shields eligió algunas de las suyas para un nuevo proyecto y no pudo omitir el drama que vivió con su mamá, con las dificultades de cuidar a una alcohólica.

Es que la actriz neoyorquina de 58 años, que llevaba unos años alejada de la industria, decidió subirse sola al escenario con su unipersonal llamado Previously Owned by Brooke Shields (Anteriormente propiedad de Brooke Shields). Lo estrenó en el Café Carlyle de Nueva York, el pasado 9 de septiembre, y contó alguna de sus experiencias en toda su vida como artista.

Hubo temas inevitables y de los que todos querían saber, porque su vida tuvo de todo, desde su sexualización durante su pubertad y adolescencia, las anécdotas con otras celebridades durante la década de los 80 y 90, su “jubilación” temprana y forzada… Pero lo que más interesó fue su turbulenta relación con su mamá.

Teri, que además madre fue la manager de Brooke al inicio de su carrera, tuvo un vínculo muy particular con su hija, que en cierto modo podría considerarse enfermiza. De hecho, muchas de sus prácticas fueron cuestionadas por la opinión pública en su tiempo.

“Se ha hablado de ella en la prensa, casi más que yo, y probablemente todos ustedes tengan sus opiniones”, dijo introduciendo la temática en su monólogo, “pero quienes realmente la conocíamos ¡la llamábamos Teri Terrific (Teri Estupenda)!”, sentenció, buscando que el relato tenga humor.

Teri fue apuntada por permitir que se sexualizara a su hija siendo menor de edad en pos de su carrera, también fue quien trató de mantenerla en una burbuja al mismo tiempo que le conseguía papeles un tanto polémicos para la edad que tenía en ese entonces. Ni hablar de los excesos, como el alcoholismo o el maltrato psicológico a Brooke.

Sin embargo, Shields quiso agregarle algo de humor a todas esas cuestiones de público conocimiento y que llevó a su unipersonal, además de que se siente agradecida de no guardarle rencor por todo ello y recordarla en paz, ya que murió en 2012 a la edad de 79 años. “Hubo muchas risas y mucha diversión. ¡Dios, mi mamá era graciosa!”, sentenció y comenzó a cantar Most of the Time, de Bob Dylan.